España es uno de los países con menor ciclo de vida de smartphones. De acuerdo a Kantar, la vida útil de un móvil en nuestras fronteras es de un año y ocho meses, una cifra que puede parecer baja pero que es significativamente superior a la de hace cinco años, cuando cambiábamos de móvil cada año y cuatro meses.
Generalmente, se asume que la vida útil de un smartphones es de dos años principalmente porque suele ser el periodo durante el cual los fabricantes ofrecen actualizaciones. El ejemplo lo tenemos en Android One, un programa de Google enfocado a la gama media que garantiza actualizaciones durante 24 meses. Pasado ese tiempo, el teléfono no es que se quede obsoleto puesto que sigue funcionando, pero es abandonado a favor de otros terminales más nuevos. Hay excepciones, claro está, pero estamos hablando en términos generales.
El caso de Apple es parecido, solo que la firma de la manzana ofrece actualizaciones durante más tiempo, cinco años aproximadamente.. El ejemplo más claro lo encontramos en el iPhone 5S, que fue lanzado en 2013 y tiene iOS 12. Al cumplir los cinco años de vida, los iPhone son olvidados y dejan de recibir nuevas versiones de iOS y, por tanto, a dejar de ser compatibles con algunas apps.
Mi móvil va bien y no necesito cambiarlo
El ritmo al que se mueve la tecnología es muy rápido. Es un mercado muy complicado que exige una renovación constante, hasta el punto de que las firmas se ven casi obligadas a lanzar un gama alta nuevo cada año, hasta dos en el caso de firmas como Samsung y OnePlus, por ejemplo. Teniendo en cuenta que estamos viendo cómo el precio de los dispositivos aumenta de forma constante, llegando a superar ampliamente la barrera de los mil euros, es normal que haya personas que se resistan al cambio y prefieran aguantar con su terminal hasta que reviente, como se suele decir.
Nuevos móviles significan mejores cámaras, mejor sonido, más funciones, más pantalla, más batería, más, más y más, y mucho más. Sin embargo, hay personas a las que estos añadidos no les parecen suficientes para cambiar de móvil. Hay usuarios que, mientras el móvil vaya bien, no ven motivos para cambiarlo, una especie de resistencia contra la obsolescencia programada.
Hemos contactado con algunos de ellos para conocer su testimonio, para que nos cuenten cómo es vivir con un móvil de hace cuatro años, por qué no lo han cambiado y si echan algo de menos, si es que lo hacen.
Karmen mantiene su iPhone 5S
Karmen Pascual, madrileña, nos cuenta que tiene un iPhone 5S (septiembre de 2013) desde hace cuatro años. “Me lo regalaron para cambiar el iPhone 4S que tenía antes y que sustituyó al iPhone 3GS. Siempre he teniendo móviles de Apple”. A la pregunta de por qué no lo ha cambiado todavía, Pascual responde que “aún funciona bien y los móviles que me gustan, que son el iPhone 8 y el iPhone X, cuestan mucho dinero y prefiero invertirlo en viajes”. En pocas palabras, concluye, “sigo teniendo un móvil que me hace servicio”.
No es oro todo lo que reluce, por supuesto. Karmen confiesa que echa de menos una mejor cámara, porque “aunque suelo usarla en casos muy puntuales ya que siempre llevo una Nikon al viajar, si estoy con una persona que tiene un móvil superior le pido que haga ella la foto y luego me la pase”. La pantalla también es un punto negativo, puesto que es “demasiado pequeña”. El consumo multimedia ha cobrado una gran importancia en los últimos años y los móviles más nuevos se han adaptado a la tendencia ofreciendo paneles que alcanzan e incluso superan la seis pulgadas de diagonal. Muy lejos de las cuatro pulgadas de un iPhone 5S.
Sea como sea, “funciona bien y no se ha estropeado nunca ni se queda bloqueado como otros teléfonos más nuevos pero de otras marcas, tal y como veo y me cuentan”. ”El único problema”, continúa Karmen, “es que ya no puedo actualizar el sistema operativo, por lo que hay nuevas aplicaciones o actualizaciones que ya no me puedo descargar. Pero son de ocio, así que para el trabajo me sigue funcionando”.
En cuanto a qué modelo se compraría para renovarlo, Pascual no se va a los últimos buques insignia de las marcas, sino que prefiere apostar por el iPhone 7. “Tiene todavía una alta calidad sin llegar a los precios desorbitados de los modelos más recientes. Busco eficacia, no estar a la última, pero de momento no voy a cambiar. Y si tardo un año en hacerlo, quizás iría a por el iPhone 8 si baja de precio”.
Óscar Condés tiene un Samsung Galaxy S4 heredado
Óscar Condés, compañero de Consultores-TIC Foto, es dueño de un Samsung Galaxy S4, el gama alta que la empresa presentó en marzo de 2013. “Se lo compré como regalo de cumpleaños a mi mujer. En su momento ya nos costó caro (699 euros en su lanzamiento) porque era un buen móvil. No el último grito, pero casi. Como tres años después, quizá cuatro, acabó en mis manos cuando ella se compró otro mejor”.
Óscar continúa, diciendo que “no lo he cambiado porque funciona bien y es suficiente para lo que yo lo uso. Mientras siga como está y no deje de funcionar no creo que lo cambie. Lo uso básicamente para ver el correo, WhatsApp, Slack, algo de redes sociales, alguna foto y alguna llamada de vez en cuando”. También se muestra crítico con la situación actual del mercado de los smartphones. “Me parece que se nos ha ido de las manos el tema de los precios de los smartphones. ¿Mil euros un móvil que va a durar un par de años a pleno rendimiento? ¿Estamos locos o qué?”.
Su Samsung Galaxy S4, dice, funciona bien aunque de vez en cuando se nota el peso de la edad. “Algunas veces me quedo sin espacio y la cámara no es que sea maravillosa”. En cuanto a la batería, “se la he cambiado varias veces. Incluso la que venía original empezó a fallar al poco tiempo y nos la cambiaron. Luego con el tiempo compré otra supuestamente original que no duró mucho y desde entonces he comprado por eBay varias muy baratas (entre 4 y 5 euros) porque fallan cada poco. Calculo que me duran año o año y medio”, sentencia.
En cuanto a cambiar de dispositivo, Óscar es rotundo al decir que “no me voy a gastar una burrada en un móvil. Creo con 300 euros para abajo se pueden conseguir móviles muy majos”. En ese sentido, “en mi casa hemos tenido varias marcas pero últimamente hemos sido fieles a Samsung, aunque hoy por hoy creo que se han subido a la élite y me compraría un Huawei o un Xiaomi, que son móviles con una relación calidad-precio estupenda”.
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Carlos Lanzat tiene un iPhone 5 que no planea cambiar
Carlos Lanzat, un malagueño de 23 años, nos cuenta un caso similar. Se compró hace cinco años un iPhone 5 “porque ahorré dinero y decidí comprármelo para sustituir a un HTC más bien malillo”. El precio del iPhone 5 más barato fue de 699 euros cuando se lanzó allá por septiembre de 2012. “No lo he cambiado porque me sigue valiendo”, afirma. “Lo uso para enviar mensajes por WhatsApp, llamadas, consultar Google Maps y ver algún vídeo puntual en YouTube”.
Sin embargo, nos cuenta que su dispositivo ya está empezando a dar problemas. “No carga del todo bien porque la entrada está un poco rota y la cámara tiene polvo por dentro, por lo que los resultados distan mucho de ser los que fueron en su día”. En cuanto a la batería, Carlos nos cuenta que ha abierto su teléfono más de una vez para cambiársela, que ahora “va más o menos” y que puede conseguir “hasta un día de autonomía, algo menos si le achucho”. “Aún así, si lo comparas con cualquier móvil actual flaquea en todo. A pesar de ello, para mí rinde bien porque no le exijo. A mí me vale con que pueda escribir, llamar, me oigan, se escuche bien y se conecte a Internet para poder navegar.”
Si decidiera cambiarlo, algo que no está en sus planes a corto plazo, se compraría otro iPhone. “No sé exactamente cual porque tampoco me gustaría que fuese enorme”, dice. No podemos olvidar que el iPhone 5 tiene una pantalla de cuatro pulgadas, por lo el salto a las 6,1 pulgadas del iPhone XR (el más barato de los tres últimos iPhone) es, como poco, digno de tener en cuenta.
Un iPhone 6 que seguiría usando si tuviese más memoria
Siguiendo con personas que tienen un iPhone nos encontramos con Lucía (cuyo nombre real prefiere mantener en el anonimato), una madrileña que posee un iPhone 6, terminal que fue lanzado en septiembre de 2014 y que usa principalmente para trabajar. “Me lo compré de segunda mano hace dos años porque me negaba a gastarme demasiada pasta en un teléfono y ningún Android me acababa de convencer. Al cabo de pocos meses me acababan dando ciertos problemas y me harté, así que decidí dar el salto a la plataforma de Apple”, nos cuenta.
No lo ha cambiado todavía porque “aunque era de segunda mano no fue precisamente barato y digamos que me seguía resistiendo a dejarme mucho dinero en un smartphone. Además me sigue funcionando perfectamente”. Lucía fue una de las afectadas por el conocido como “Battery Gate”, por lo que “tuve que cambiarle la batería cuando Apple actualizó el sistema operativo y algunos terminales empezaron a flaquear. Me costó 25 o 35 euros, pero ahora mismo me aguanta un día largo y hasta día y medio”.
Donde Lucía nota un problema es en el almacenamiento y en la cámara. “Es un iPhone de apenas 16 GB y entre el sistema operativo y las aplicaciones, y aunque la mayoría de las fotos no las guardo en el teléfono, se me ha quedado un poco corto, por no hablar de que no puedo ampliar la memoria con tarjetas microSD. La cámara también flaquea, sobre todo si la pones al lado de otros móviles más nuevos”.
A diferencia de los dos usuarios anteriores, Lucía sí está pensando en cambiar de móvil, “aunque no lo haría si pudiese meterle una tarjeta microSD a mi iPhone actual”, afirma. Aún así, “ha llegado el momento de cambiarlo y en Reyes llegará un nuevo terminal. Espero que sea un iPhone XS de 256 GB, porque dado que va a ser una inversión grande en un móvil no quiero que dentro de dos años se me vuelva a quedar corto”. Y tan grande. El modelo que quiere vale 1.356 euros en la web de Apple.
Miguel Serrano sigue con su Samsung Galaxy S6
Miguel Serrano tiene 23 años y nació en Huelva, aunque reside en Madrid. Es el dueño de un Samsung Galaxy S6 dorado “pero el normal, no el de los bordes curvos”. El dispositivo fue presentado por la firma coreana el 1 de marzo de 2015 y llegó a un precio de unos 695 euros. “Lo compré hace tiempo por 320 euros en Movistar firmando permanencia porque de características estaba bastante bien, a parte de ser Samsung y tener buena cámara y buen rendimiento”, nos dice.
Nos cuenta que usa el móvil para “un poco de todo”, desde navegar y consultar redes sociales hasta ver el fútbol o jugar de forma casual, y que no lo ha cambiado “porque ahora mismo no tengo dinero y todavía funciona. Mientras lo haga la verdad que me parece una tontería cambiarlo”, afirma. “Ahora bien, aunque funciona hay cosas que ya han empezando a ir regular, como la batería y la cámara“.
“La batería se me va muriendo por momentos y hay días que tengo que cargarlos dos veces. De hecho, cuando el móvil tenía 18 meses tuve que llevarlo al SAT porque se bloqueaba, se congelaba y tuvieron que cambiarle la placa base, la pantalla y el puerto de carga”, nos cuenta. Por otro lado, “la cámara me da muchos problemas con el autoenfoque, no va bien y se queda como atascado. A un amigo mío le pasaba también y en el SAT le cambiaron la cámara, pero a mí empezó a pasarme al expirar la garantía”. “Por lo demás”, sigue Miguel, “va bien. No tengo problemas con el almacenamiento o el procesador”.
De cambiar de dispositivo, algo que Miguel lleva tiempo planteándose, se compraría una OnePlus 6T. “Me lo recomendó un amigo para mi pareja y va muy bien, así que no lo descarto para suceder a mi Samsung”, concluye.
Juan Pablo no ve la necesidad de cambiar su iPhone 6
Algo parecido le ocurre a Juan Pablo Hernández, un madrileño que también lleva un iPhone 6 en su bolsillo. “Me lo compre el año que salió porque tenía que renovar el contrato con la operadora y venía de usar varios iPhone atrás”. Nos cuenta que no lo ha cambiado porque le gusta mucho a nivel de diseño y “hasta el momento no he tenido ningún problema con él”.
Al igual que Lucía, Juan Pablo ha tenido que cambiarle la batería, esta vez en dos ocasiones. “La primera fue por un daño que tuvo con el software y la segunda fue por el uso que le doy, ya que la mayor parte del tiempo lo uso para trabajar, hacer llamadas y algo de navegación”.
Es por ello que no necesita cambiarlo. “Ahora lo uso más para lo personal, como mirar el correo, redes sociales y fotografía a nivel amateur. No he tenido ningún problema grave y no hay nada que no me funcione, por lo que no veo la necesidad de cambiarlo.” De hacerlo, nos cuenta, “me iría a un iPhone XS, principalmente por el gusto que tengo por ellos”.
Álvaro Pascual mantiene su OnePlus a base de baterías de repuesto
Álvaro Pascual es un usuario de 25 años que fue de esas personas que apostaron por OnePlus durante sus inicios. Actualmente tiene un OnePlus One y va “a muerte con él”. “Me lo compré porque… ¿Te acuerdas de la época en que la por pasarte de una compañía a otra, por muy poquito, te regalaban móviles y tal? Pues llevaba años teniendo móviles malos y estaba cansado. El OnePlus One lo vi como una oportunidad de invertir en un móvil potente, con buenas prestaciones a un precio bajo, por lo que cuando abrieron el sistema de invitaciones durante el Black Friday me lo compré, y lo hice como una inversión”.
Álvaro, que usa su móvil para chatear, ver vídeos en YouTube y leer libros en Kindle, nos cuenta que no lo ha cambiado porque no le ha hecho falta. “No se me ha roto la pantalla ni he tenido ningún problema gordo. También porque a nivel de capacidad de almacenamiento, procesador y demás especificaciones sigue cumpliendo bien. Es cierto que de vez en cuando se atranca un poco y tengo que limpiar la memoria en segundo plano y el almacenamiento”. “Después de todo”, continúa, “son cuatro años metiendo y sacando documentos, fotos y vídeos y al final los 64 GB se van agotando y empieza a ir más lento”.
También nota que se le ha quedado corto en cuanto a batería. “La he tenido que cambiar varias veces. He comprado las típicas baterías que dicen que son oficiales pero no lo son porque solo cambiándola le puedes dar una segunda vida al móvil. Además, tampoco tengo dinero para gastar en un móvil nuevo”. Sin embargo, no tiene queja en cuanto a rendimiento. El sistema operativo, dice, se mueve bien y “al final le acabas cogiendo cariño”.
Los únicos motivos por los que cambiaría su actual OnePlus One serían por el difícil acceso a repuestos de batería, la cámara y “la obsolescencia vía software, algo que posiblemente llegue en el futuro”. Con esto se refiere a que algunas aplicaciones dejen de estar disponibles o no pueda actualizarlas a nuevas versiones.
Dada su “tan buena experiencia con el OnePlus One”, de cambiar el terminal lo haría por “el último modelo de OnePlus, aunque temo que se vayan a aprovechar y que ya no mantengan la filosofía de que a un precio bajo te ofrecen una extraordinaria máquina y empiecen a ser una empresa que quiera conseguir más beneficios, aunque por el momento, por lo que veo y leo, parece que no está siendo así”.
Álvaro también tiene palabras para las personas que piensan que un móvil no puede durar más de dos años, y afirma que para que un móvil dure tiene que cuidarse. “No se trata de ponerle carcasas o cristales templados, sino de tener cuidado y no hacer cosas como ponerlo en los bordes de la mesa, por ejemplo”. Piensa también que “tenemos que calmar un poco ese ansia por querer tener siempre lo último cuando la gran mayoría de veces no le sacamos todo el jugo que le podríamos sacar al teléfono”.
Juan García: “Mi iPhone de 16 GB me vale para lo que lo uso”
Terminamos con Juan García, malagueño de 28 años que usa un iPhone 6S de tres años de antigüedad. “Me lo compré reacondicionado en julio de 2016 por 300 euros en el Game para sustituir a un Meizu al que se le fastidió la batería. Había usado iPhone antes, así que aunque me gustaba Android tuve la oportunidad y me volví a pasar a la manzana. La relación calidad-precio, aun siendo un refurbished, me parecía buena y me lo compré”.
Al igual que el resto de personas protagonistas de este artículo, Juan no lo han cambiado porque le sigue funcionando bien y, “aunque el iPhone está todo el día bombardeándome con que actualice iOS, no lo hago por miedo a que me dejen de funcionar ciertas aplicaciones o que el móvil me empiece a ir lento”.
“Las aplicaciones básicas y que necesito para trabajar funcionan perfectamente y no he tenido necesidad de cambiarlo. Además, la cámara está bien y aunque tiene 16 GB de memoria me vale para lo que yo lo uso”. “Me cubre todas las necesidades”, afirma. Aun así, su móvil tiene ya dos años y nota que la batería empieza a flaquear. “Se le va un poquito la olla. Hay veces que se apaga al llegar al 10%, aunque no es lo habitual”.
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En cuanto a su uso, el malagueño lo usa “un 50% para lo personal y un 50% para trabajar, es decir, WhatsApp, Instagram, LinkedIn, el correo, etc.”. No se considera una persona que use el teléfono de forma “muy creativa”, por lo que la cámara no le supone un problema. Opina que su teléfono rinde lo suficientemente bien para no tener que cambiarlo. “Es verdad que siempre hay actualizaciones y el brillito de lo nuevo siempre está ahí, pero a mí que un teléfono tenga doble cámara o haga un emoticono con tu cara no me parecen un motivo de peso para hacer un desembolso. Con lo que tengo me va bastante bien”.
Concluye, diciendo que si tuviera que cambiarlo se compraría un Xiaomi, principalmente por su cámara, el espacio disponible y sus características en general. “El POCOPHONE me llama la atención y me parece un buen móvil. No creo que tenga que envidiarle nada a un iPhone en cuanto a rendimiento, aunque reconozco que el nombre no me parece demasiado llamativo”, bromea.
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