Xiaomi salió a bolsa el 6 de julio con mucha expectación. Por primera vez la compañía publicaba sus cifras oficiales e intentaba atraer a los inversores. Y aunque la salida a bolsa ha sido algo accidentada (con rebajas del precio de salida) los primeros tres meses han sido bastante movidos.
El problema de que Xiaomi no acabe de convencer en bolsa es que esto puede empujar a la compañía a tomar decisiones que, aunque sean buenas para sus inversores, pueden dañar a sus clientes.
Un mes de subidas y bajadas en bolsa
Nada más salir a bolsa la acción de Xiaomi empezó a bajar. Lo que parecía una falta de interés por parte de los inversores pronto se demostró errónea, ya que a los pocos días llegó a subir más de un 20%. Es decir, vivió una montaña rusa: salio cotizando a 17 dólares de Hong Kong, bajó a 16.80, y luego llegó a cotizar a 21.55, el 18 de julio.
Sin embargo desde estos máximos de julio la acción no ha hecho más que bajar: Ayer llegó a cotizar en algunos momentos a 14.58 dólares, un 14% por debajo del precio inicial de salida y un 32% por debajo de los máximos. De hecho la última semana parecía que se recuperaba, casi tocó los 17 dólares de salida, pero se ha hundido de nuevo.
¿Por qué baja realmente la acción?
Un dato importante es si la acción está realmente bajando porque los accionistas no confían en la estrategia de Xiaomi de terminales baratos. Y la verdad es que hay muchos factores que afectan a la cotización de la empresa. El más importante, creo yo, no es si las cifras que presentan son buenas o no -apenas ha habido cambios desde su salida a bolsa- sino la situación geoplítica.
Trump ha iniciado una guerra comercial entre EEUU y China, y ambos países tienen mucho que perder. Lo cierto es que la subida de aranceles podría hacer que empresas tecnológicas como Xiaomi tengan más complicado vender sus productos fuera de China y comprar a buen precio los componentes que usan.
Por tanto, si se mira la bolsa de Hong Kong, se puede ver que en general todas las acciones (y especialmente las tecnológicas) han tenido un comportamiento similar al de Xiaomi. Estamos ante una tendencia general y no particular.
¿Por qué la cotización puede afectar a los productos?
Aunque la caída en bolsa parece tener motivos geopolíticos, lo cierto es que Xiaomi cotiza en bolsa y sus accionistas quieren que sus inversiones vayan bien. Y, obviamente, Xiaomi no tiene influencia en lo que decidan EEUU y China, solo en su estrategia de la compañía.
Si hasta ahora el plan de Xiaomi era sacar productos baratos, ¿por qué tendría que cambiar el plan una vez cotiza en bolsa? Cuando Xiaomi se creó el objetivo era lograr rápidamente una gran cuota de mercado con precios bajos. El objetivo de los inversores iniciales era tener una presencia notable para después recuperar su inversión en una salida a bolsa.
Una vez que está en bolsa los nuevos inversores quieren tener beneficios, vía dividendos o vía crecimiento del precio de la acción. Y puede que la estrategia inicial no sea suficiente para lograr esto. Los márgenes de Xiaomi son muy ajustados, demasiado para una empresa de su tamaño. Si los mercados se saturan el objetivo de una empresa debe ser aumentar sus márgenes.
Esto habría pasado igual si Xiaomi no cotizara, pero cotizando en bolsa la presión es mayor: el número de inversores es mayor, empiezan a existir inversores minoritarios que no tienen contacto real con los gestores pero que cuentan con el apoyo de los reguladores y medios de comunicación y la presión mediática es mayor, ya que los datos de rentabilidad son públicos y además cada trimestre.
Por tanto, la estrategia de crecer a cualquier precio no vale ya para Xiaomi. O, mejor dicho, no vale si el precio de la acción no sube. Amazon lleva toda su existencia vendiendo sin apenas márgenes y los inversores siguen confiando en ella, la acción sigue subiendo. Puede seguir su estrategia de forma indefinida mientras la acción siga subiendo, pero es un caso extraño: si los beneficios no crecen las acciones no suelen subir.
Otro ejemplo es el de Apple. Ante un mercado saturado, donde las ventas se estacan o se reducen, ha decidido usar una estrategia clara para seguir con la senda creciente de los beneficios: más márgenes, terminales más caros.
Xiaomi tiene otra ruta desde el principio: saturar el mercado con sus productos baratos y obtener dinero de sus clientes de otras formas. El ejemplo de los últimos días de la publicidad en el menú de ajustes de sus teléfono es un claro ejemplo. Pero está por ver si esta estrategia es suficiente para crecer los beneficios en un mercado saturado y si la presión de los accionistas no hará que los terminales vayan subiendo de precio ahora que tienen una posición mejor en el mercado (marca reconocida y mejor distribución; es, por ejemplo, lo que está haciendo OnePlus – y sin cotizar en bolsa).
Pero, como hemos dicho antes, es pronto para aventurar cambios en la estrategia de Xiaomi. Los vaivenes bursátiles de los primeros tres meses de cotización tienen más relación con la situación geopolítica que con la estrategia de la compañía. Sin embargo, si sigue languideciendo de forma indefinida, seguramente veamos consecuencias que pueden no ser buenas para los bolsillos de los clientes.
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