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Buscar un nicho de mercado no cubierto o al menos diferente del habitual es una manera de darse a conocer en un sector donde nadie te tiene localizado. Y si una marca podía realmente sorprendernos con un teléfono, esa era Razer. Lo ha hecho a lo largo de varios años en el sector del gaming, con productos de calidad y muy diferentes, y con este Razer Phone que hemos analizado en Consultores-TIC confirmamos que lo ha conseguido en su estreno en el mundo de los smartphones.
Nuevo Razer Phone: un portento en especificaciones y apariencia
El primer smartphone de Razer no es un cualquiera. A la completísima hoja de especificaciones hay que sumar un diseño bastante conseguido y también diferente en muchos aspectos a lo que otras marcas nos tienen acostumbrados.
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El Razer Phone es un terminal de grandes dimensiones, sí o sí. Tras esta semana jugando, nunca mejor dicho, con el Razer Phone, no os puedo transmitir otra idea que la de que es un teléfono muy grande, de los que no van muy bien acomodados en un bolsillo, de los que no te puedes olvidar que llevas contigo. Pero por otro lado es un modelo con el que es cómodo jugar, con gran agarre cuando lo cogemos en modo apaisado y sensación de seguridad, pese a que, por cierto, no es resistente al agua.
Ficha técnica del Razer Phone
Procesador | Qualcomm MSM8998 Snapdragon 835 |
---|---|
RAM | 8GB LPDDR4 |
Almacenamiento | 64 GB UFS+microSD (hasta 2 TB) |
Dimensiones | 158.5 x 77.7 x 8 mm |
Peso | 197 gr |
Pantalla | IZGO de 5,7 pulgadas |
Versión de Android | Android 7.1.1 Nougat con Pixel Launcher |
Cámara trasera | 12MP + 12MP (f1.75 + f2.6) Zoom Dual PDAF, Dual tone, dual LED flash | Cámara frontal | 8MP, f/2.0 |
Batería | 4.000 mAh |
Conectividad | 4G LTE, Wi-Fi a/b/g/n/ac, NFC y Bluetooth 4.2 |
Otros | Lector de huellas, altavoces estéreo, USB-C, sin puerto auriculares |
Precio |
Si en otros diseños de terminales más comunes los marcos visibles eran nuestra pesadilla, en este Razer Phone están justificados. Y realmente aprovechados. Los marcos superior e inferior permiten poder coger el terminal en modo apaisado con comodidad cuando queremos usarlo en “modo juego”. No tapamos la pantalla y tenemos una buena superficie de apoyo libro de otros elementos. También sirve esa zona doble para dar cabida a unos altavoces impresionantes que ocupan todo el ancho, literalmente, para que al cogerlo no quede el sonido anulado. Hablaremos de ellos más adelante.
Pese a los marcos generosos arriba y abajo, nuestra principal objeción a nivel de comodidad de uso está en su grosor y anchura. La combinación de ambos, sobre todo anchura, no hace cómodo tenerlo en mano en el formato clásico. A ello hay que unir su peso de casi 200 gramos, bien distribuidos pero que se acaban notando en este Razer Phone.
Más allá de sus dimensiones y formato clásico de pantalla, ya sabéis, 16:9 que ya no está nada de moda, el diseño del Razer Phone no tiene elementos por los que destaque. Su apariencia es muy parecida al Nextbit Robin, compañía que compró Razer. Aquí Razer lo ha retocado algo pero siempre en positivo.
En el acabado y gusto por los detalles reconocemos perfectamente a Razer, pues es algo que hace en todos sus dispositivos. Son costosos, cierto, pero sabes que en calidad no han recortado nada. Aquí han usado metal para la trasera y los marcos, y protección Gorilla Glass 3 para la pantalla. El tacto del terminal no es el del metal clásico por un recubrimiento especial que le da algo más de agarre aunque menos que si fuera cristal.
En este Razer Phone todo ha sido pensado en su misión principal: que juguemos con él. Un ejemplo es el diseño de los controles de volumen, dos elementos aislados uno del otro y completamente centrados en el lateral, que resultaría extraña para cualquier otro teléfono, pero que tiene sentido en este Razer Phone. Cuando lo usamos como un teléfono normal, son controles accesibles (igual que el de encendido) pero que no nos dan referencia alguna más que al tocarlos. Ahora bien, esa curiosa situación hace que al coger el terminal en modo apaisado para jugar, ni estorben al tacto ni haya posibilidad alguna de que los pulsemos en un movimiento impetuoso mientras jugamos.
Esa buena disposición queda algo empañada tanto por el diseño aislado de los dos controles, que hace que algunas veces perdamos la orientación de qué botón es para subir y cuál para bajar volumen, como por su tacto y recorrido, tremendamente duro e incómodo.
De las cosas que no acabamos de comprender ocupa un lugar muy destacado la ausencia del puerto de auriculares de 3,5 mm. En este diseño podía estar, y seguro que más de un jugador potencial comprador de este terminal estaría contento con poder conectar sin adaptador y de forma directa sus propios auriculares para jugar de forma discreta.
Mientras los botones de control de volumen están situados en la parte izquierda de los laterales, la derecha se reserva entera para la ranura de la nanoSIM/microSD (hasta 2 TB admite) y el botón de encendido/inicio, el cual dobla funcionalidad como lector de huellas. Es exactamente el mismo sistema que llevamos años viendo a Sony en sus Xperia, y funciona, aunque me transmite una sensación continua de ser una primera generación respecto a los sistemas invisibles y de los que te olvidas de otros gama alta. Le falta sobre todo un punto de velocidad que sí que tenemos en otros terminales de este precio.
Lo que Razer debería también mejorar en él es su presencia. Hacerla directamente “visible” para el tacto, pues no hay elemento alguno, ni borde ni textura ni nada que nos indique que está ahí más allá de saber que debería encontrarse justo en el centro del borde.
8 GB de RAM y el Snapdragon más potente
Si en diseño vemos que Razer ha sido completamente a lo práctico, muy sobrio pero contundente, en la ficha de especificaciones se sube al pack de los flasgship de este 2017: Snapdragon 835, 64 GB de almacenamiento y buena ración de memoria RAM. En realidad son 8 GB para que no nos quede dudas de que a nivel de potencia y rendimiento aspira a lo máximo.
En los test con los que medimos de forma objetiva la potencia, como a los smartphones que pasan por nuestra mesa de pruebas, prácticamente solo queda detrás del iPhone 8 Plus en cifras brutas. El Razer Phone saca un 9303 en la prueba del PCMark Work mientras que en 3DMark se dispara hasta los 3745 y 24536 puntos en los test Slingshot Extreme y Ice Storm Extreme respectivamente.
Pese a que en rendimiento bruto el Razer Phone cumple con creces, igualándose en la experiencia con cualquier otro gama alta a nivel de consumo, la experiencia de jugar con él y la fluidez del sistema está por encima de todos ellos por un claro motivo: su pantalla.
Pantalla a 120 Hz y altavoces bestiales: lo que destaca del Razer Phone
Si este Razer Phone tiene un motivo para existir, no tengo dudas de que es la pantalla. Sí, el terminal cumple con la hoja “ideal” de un smartphone de gama alta de hoy en día, con más fallos quizás de los esperados como veremos, pero donde es único e irrepetible es en su pantalla IZGO, con esos 120 Hz que se colocan en importancia por encima de tamaño o resolución.
Los 120 Hz lo son todo en este Razer Phone. La tecnología responsable de esa tasa de refresco es Ultramotion, encargada de que los fps de la pantalla vayan en sincronía con la que proporciona la GPU integrada Adreno 540. Los resultados son claramente visibles, y como pasa cuando estás delante de una pantalla de ordenador o monitor con una tasa de refresco de 120 Hz, volver atrás no es algo que entre en tus planes.
La ventaja de tener hasta 120 Hz en el refresco del panel no es relevante solo con juegos. Incluso diría que en este Razer Phone, un smartphone para mucho más que jugar al fin y al cabo, esos 120 Hz a lo que mejor le sienta es a la interfaz. Transiciones, pasos entre aplicaciones, deslizamientos, navegación … todo lo que puedas pensar que conlleva asociado un movimiento de elementos se ve mucho más fluido en este Razer Phone que en cualquier otro terminal del mercado. Y la potencia del procesador poco tiene que hacer aquí.
Efectivamente la frecuencia de 120 Hz no aplica siempre y eso podemos incluso verlo numéricamente como si de un contador de fps para PC se tratara si entramos en modo desarrollador. El ajuste de los fps es dinámico y tanto para navegar por webs como movernos por el sistema operativo o por supuesto jugando, la pantalla se encarga de ofrecernos la mejor experiencia de visualización posible. Basta con exigirle al máximo a las transiciones y veremos cómo el contador de fps sube rápidamente por encima de los 100 Hz para mejorar nuestra experiencia. Cuando no hay movimiento en pantalla, baja todo lo necesario para ahorrar batería.
Lo mismo ocurre con los juegos. Aquí chocamos con la compatibilidad de los títulos, que no es ni de lejos amplia. Hay juegos como Titan Fall que se ven espectaculares en esta pantalla, con una fluidez (nos mantiene de media unos 90-100 fps) asombrosa y que hace que no te puedas creer que estás jugando con un teléfono. Aquí el truco está en que es un juego ya optimizado para esos 120 Hz, y no hay muchos realmente relevantes. Como con otros avances, la promesa es que veamos muchos más en los próximos meses, seguramente cuando algún gama alta más conocido se sume al panel de 120 Hz, que seguro que ya veremos alguno el año que viene.
Por ahora nos tenemos que conformar con la mejora en el sistema y disfrutar de una experiencia sin tirones ni saltos al conducir un coche de carreras en títulos como Gear Club, algo que no habíamos visto ni en los terminales más potentes del mercado.
Si ya no nos fijamos en la fluidez y esos 120 Hz, la pantalla del Razer Phone queda algo más atrás que la competencia. En resolución sí que cumple con sus 1440p (podemos cambiarla y reducirla si así lo preferimos), la reproducción de color y contraste está bien, e incluso diría que en interiores es una pantalla muy agradable de ver, tanto en el día a día como en reproducción de contenido.
Sin embargo el brillo de apenas 300 nits queda muy abajo y es insuficiente para una experiencia satisfactoria cuando la luz ambiente es alta, como en exteriores.
Un sonido impresionante para el que tienes que estar preparado
Como ya os había adelantado, tener unos marcos superior e inferior considerables le venían muy bien a este terminal para mejorar su agarre y ofrecer unos altavoces impresionantes tanto en tamaño como en rendimiento. El sonido es importante en el juego, y si te gusta presumir de efectos y música mientras juegas, sin auriculares, este Razer Phone lo vas a disfrutar mucho.
Mi consejo es que no pruebes el sonido de los altavoces como si nada y en cualquier lado. Hasta que no los escuchas a su máxima sonoridad no eres consciente. Suenan tremendamente altos, los que más sin duda alguna en un teléfono de siempre, pero lo hacen además con bastante calidad gracias a que cada altavoz dispone de su propia amplificador.
Si eres de los que usa altavoz bluetooth con tu teléfono, créemos, con este Razer Phone podrás escuchar música como si lo estuvieras haciendo con un equipo externo incluso a alto volumen. Y para ver contenido multimedia se agradece la buena separación del sonido procedente de cada uno de los dos altavoces.
Para rematar el apartado de audio, este Razer Phone tiene soporte para sonido Dolby Atmos y certificación THX. Aquí entra en juego el adaptador para el no puerto de 3,5 mm, pues es ahí donde Razer ha decidido incluir un DAC certificado THX. Para sacarle partido tendrás que intentar no perder ese pequeño adaptador, algo casi imposible.
Android 7.1 pero con el toque de Nova Launcher Prime
El Razer Phone llegará al mercado en unos días, y lo hará curiosamente con Android 7.1.1. Sí, a estas alturas. Esta inesperada noticia no beneficia en nada al terminal, así que no entendemos cómo no se ha trabajado desde Razer para conseguir salir ya a finales de noviembre con Android 8.0. Dicen que se actualizará durante el primer trimestre de 2018 a Oreo, pero estas promesas de las marcas ya sabemos cómo debemos tomárnoslas.
Pero quedémonos con lo positivo de la versión de Android del Razer Phone. Ese Android 7.1 viene sin capa superior, prácticamente de serie, pero con un toque que muchos usuarios entusiastas de Android reconocerán: el launcher NOVA en su versión Premium.
Esta combinación de Android puro con alguna aplicación o juego instalada de serie (además del toque verde Razer de algunos iconos), sumada a un launcher reconocido como NOVA nos gusta. Permite personalizar de forma sencilla pero potente tanto el comportamiento de diferentes elementos del sistema, como menús o escritorios, como la apariencia total del sistema. Si es que eso te gusta.
De las aportaciones de la propia Razer a este teléfono hay que hablar de Game Booster o Potenciador de juego. La aplicación permite gestionar si queremos que el terminal entre en modo de ahorro de energía, que lo de todo en pro de la potencia o realizar estos ajustes según aplicación y juego. Así, con el título que queramos podemos decirle al sistema si preferimos ahorrar batería o darlo todo, así como gestionar de forma individual resolución, fps, frecuencia del procesador o si aplicar el suavizado de contorno o no.
Lo mejor es que podemos jugar fácilmente con estos controles hasta encontrar la configuración más propicia (o que admita la app o juego, pues puede dar error fácilmente) y en cualquier momento, con un solo toque, volver a la configuración de serie del juego o aplicación.
¿Y se calienta mucho? Es una pregunta que nos habéis hecho y a ella hemos prestado especial atención. Si estando pensado para jugar, sufriera como otros terminales, mal asunto. En general el terminal se mantiene bastante frío, incluso en sesiones de juego largas, donde hay calentamiento en la zona de la cámara, pero ni es alarmante ni incómodo.
El Razer Phone tiene dos cámaras pero se olvidaron de ellas
Dos cámaras de 12 MP, una de ellas con f1.8, enfoque híbrido, grabación de vídeo 4K y flash de doble tono. Cualquiera diría que estamos ante una propuesta seria y sólida para la cámara de un smartphone de gama alta que se precio. Lamentablemente no ha sido así. Razer se ha olvidado por completo de este elemento en su teléfono. Se ha limitado a colocar los dos sensores y listo. Ni procesado ni software ni nada de nada parece rematado o tan siquiera algo trabajado en la parte fotográfica del Razer Phone.
¿Por dónde empezamos? Podría ser por la doble cámara, que en realidad parece casi más de postureo que real. Si hay dos sensores lo sabemos porque los vemos ahí, pegados a la esquina superior izquierda de la trasera del Razer Phone. Esa colocación me parece muy mal escogida y es muy fácil que un dedo o sombras acaben dentro de una imagen cuando no deberían.
Esa doble cámara supuestamente está colocada ahí para poder realizar un zoom 2X, pero ese segundo sensor tele con f2.6 (muy oscuro) no dispone ni de modo retrato ni nada parecido. Un simple deslizador de zoom nos da esa idea, pero todo hay que realizarlo a mano (y ojo), deslizando sobre la pantalla sin conocer el límite entre el teórico zoom óptico 2X y el digital. Los resultados lógicamente son desastrosos y ese segundo sensor resulta inútil.
Si nos centramos en las fotos sin aplicar ningún tipo de zoom, los resultados son muy aleatorios. No hay fiabilidad ni seguridad a la hora de disparar y estar convencidos de que conseguiremos una buena foto incluso en condiciones favorables. Los problemas aparecen en todos sitios: poco detalle, pérdida clara de nitidez (en algunas ocasiones con zonas completamente borrosas) fuera del centro de la imagen y un rango dinámico que hace casi imposible obtener un cielo decente ya sea con poca o mucha luz.
El modo HDR ayuda, pero hay que ponerlo y quitarlo de forma manual y tampoco es que sea para tirar cohetes. En esta semana, usar la cámara del Razer Phone ha sido una experiencia que me ha generado mucho estrés, y ha confirmado lo que ya nadie puede negar: la parte del IPS y el toque del fabricante es la clave de la fotografía móvil incluso más allá del hardware. Este caso es demoledor.
Por la noche combinamos buenas escenas decentes en ruido con otras en las que le ha sido imposible contener luces altas.Tanto de día como de noche solo obtenemos buenos resultados con un trabajo titánico para ajustar el punto y nivel de exposición, pero incluso en esos casos, el terminal puede cambiar por sí solo al disparar. Es además una cámara lenta, con incluso un par de segundos para realizar la captura en algunos casos. Y el enfoque también suele fallar.
Gran parte de este desastre está del lado del software. Parece a medio acabar, con casi nulas opciones, mal optimizado … un ejemplo que nos ha desesperado es que si la última vez que hemos usado la cámara hemos estado repasando las fotos de la galería, al volver a activar la cámara volvemos donde lo dejamos, a la galería, siempre, y no a la pantalla donde podemos tomar la imagen. Así nos hemos perdido muchas fotos estos días y nos ha generado un malhumor considerable.
Hablemos de la batería de 4000 mAh
Si nos hemos dejado los comentarios sobre la batería (y por ende autonomía) de este Razer Phone para el final es por algo. Si observas sus argumentos se te queda la boca abierta: 4000 mAh y carga rápida Qualcomm 4.0+. Vamos, un sueño hecho realidad en un teléfono. Casi un unicornio telefónico.
Es una cifra asombrosa pero perfectamente casada con la idea detrás de la batería de un teléfono con serias aspiraciones multimedia y de juego. Y no ha sido gratuita. En peso y grosor del terminal lo hemos pagado con creces. Pero lo importante es, ¿funciona? ¿ha merecido la pena? Pues no del todo.
El Razer Phone cumple en términos de autonomía como los phablets de gama alta de este año. En nuestra prueba de campo habitual usándolo principalmente como terminal de gama alta multipropósito (navegación, vídeo, llamadas, mucha red social, cámara …), ha llegado bastante justo al final del día. Y no siempre. Aquí hay que decir que con este Razer Phone hemos jugado mucho más que con otros terminales. En la prueba de PCMark nos ha dejado 9,25 horas.
En la realidad, con el paso de los días, hemos podido mediar unas 5,5 horas de pantalla, para lo que hay que tener en cuenta que fuera de la oficina o casa, contábamos siempre con el brillo al máximo para poder tener una experiencia más o menos satisfactoria. En todo caso, ese ajuste dinámico de los fps no es gratuito para este terminal, y tener que optar por esa capacidad de 4000 mAh estaba justificado. Hubiera sido un auténtico fracaso no poder llegar al día de uso con el Razer Phone, algo que, sin esa capacidad, no hubiera conseguido.
Donde sí que el Razer Phone bate a todos sus rivales, menos mal, es en la carga rápida. Definitivamente queremos QuickCharge 4 en todos nuestros teléfonos porque es impresionante. Los 4.000 mAh del Razer Phone, según nuestras pruebas, consiguen recargarse hasta un 25% en solo 15 minutos, para la mitad de carga solo necesitan 24 minutos pero es que la carga completa, los 4000 mAh, los alcanza en menos de una hora: 54 minutos exactos.
El cargador compatible (24 W), algo importante, viene de serie. Es compacto y nos ha sorprendido que apenas se caliente cuando está cargando. También viene en la cuidada caja del Razer Phone un cable USB-C a USB-C, no uno cualquiera sino de calidad (tela trenzada). Aquí lo único negativo es que para sacar todo el partido a este tipo de carga vamos a necesitar llevar con nosotros el pack completo o hacernos con un cargador compatible.
Razer Phone, la opinión y nota de Consultores-TIC
Que Razer fuera a anunciar un teléfono centrado en el juego nos asustaba. Las experiencias previas de otros fabricantes en este nicho de mercado habían salido ranas. El acierto de Razer ha sido no ser extravagante, dejar el formato ya conocido (algo más grueso, pesado y grande de lo que un gama alta de 2017, eso sí) y darle personalidad donde más afecta a la experiencia: la pantalla.
El panel de 120 Hz nos ha encantado, y ahora no queremos volver atrás. No afecta solo a los juegos, que dependen del apoyo de los desarrolladores, sino a todo el sistema. Ahí otro acierto del Razer Phone ha sido optar por una versión limpia de Android (por ahora todavía no la 8.0) pero con un reconocido launcher que aporta pero no estorba. Y Razer le ha dado un toque personal con control sobre cómo queremos gestionar la potencia del teléfono y la frecuencia del panel. Hasta ahí todo bien excepto por la falta de brillo que se manifiesta en exteriores claramente.
La verdadera pena nos ha llegado con la cámara, un absoluto despropósito que malogra el sensación general con el Razer Phone. Esperemos que para la salida comercial del terminal algo hayan hecho con el software y el tratamiento automático de las imágenes por que es mucho más que necesario.
Algo que Razer ha hecho muy bien es no asociar exclusividad u ofrecer algo diferente a lo que hay en el mercado, con un precio muy alto. Los 699 euros del Razer Phone no podemos decir que sean atractivos, pero con esa pantalla, rendimiento y experiencia, mantenerse en el precio de la gama alta “de entrada” creo que es un acierto en tanto que no genera un rechazo inmediato entre quienes lo vean como un futurible próximo teléfono bajo Android. Siempre que no sea alguien a quien le guste hacer fotos con su teléfono.
8,2
9,25
A favor
- Lo que promete hacer bien, disfrutar del juego, lo ejecuta estupendamente
- Buena autonomía
- Una pantalla con 120 Hz que ahora queremos en todos nuestros dispositivos
- Android de serie con un buen lanzador en su versión premium
- Estupendo sonido por los altavoces
En contra
- Un diseño adecuado para jugar pero no para llevar de un lado a otro
- Brillo escaso que hace que en exteriores no se vea bien
- Sin puerto de auriculares
- La cámara es un auténtico desastre
- No sale directamente con Android 8.0
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