El próximo 4 de octubre tenemos cita con Google, de la que se espera que aparte de lanzar sus esperados Pixel 2 nos dé la sorpresa con los nuevos Pixelbook, la evolución de los Chromebook Pixel que se convirtieron en los referentes de la gama alta de portátiles basados en Chrome OS.
Los datos publicados ayer por Droid Life revelan que estos Pixelbook llegarán con mejores prestaciones, pero sobre todo con precios tradicionalmente propios de portátiles y convertibles convencionales. Las diferencias en la experiencia de uso con equipos con Windows 10 o macOS hace que la pregunta sea obvia: ¿realmente merece la pena pagar los 1.800 euros que costará el tope de gama del Pixelbook?
Los Chromebook también pueden ser (muy) caros
Aunque el modelo base costará 1.199 dólares y llegará con una unidad SSD de 128 GB, en Google están preparando dos versiones superiores, una con 256 GB a 1.399 dólares y una de 512 GB de SSD a 1.749 dólares.
Es de esperar que la diferencia de precios no solo esté justificada por ese aumento de capacidad: el salto también debería notarse en componentes como los procesadores o memoria integrada.
La propuesta de Google se encarece porque estos equipos ya no son portátiles puros, sino que son convertibles, equipos 2 en 1 que permiten funcionar tanto en modo portátil como en modo tablet. Ahí es donde entra en juego el accesorio estrella, un stylus que, atención, no parece que vaya a estar incluido de serie, lo que implicará un sobrecoste estimado de 99 dólares.
Las odiosas comparaciones
Esos 1.800 euros en los que se moverá el modelo con esos 512 GB de capacidad en la unidad SSD son el argumento más difícil de defender ante una propuesta que por buena que sea estará limitada de forma implícita por Chrome OS. El sistema operativo de Google está orientado al trabajo online, y buena parte de la experiencia de usuario se centra en el navegador Chrome.
Es posible trabajar offline con algunas aplicaciones y en los últimos tiempos Chrome OS se ha acercado un poco más al escritorio tradicional, pero lo cierto es que estas son más excepciones a la regla que otra cosa. Esa pega es la que más podría pesar entre los usuarios que inevitablemente van a comparar estos equipos con otros basados en macOS, iOS o Windows.
Ese formato, de hecho, nos hace pensar en equipos como los MacBook y los iPad Pro de Apple o con los nuevos Surface Pro de Microsoft, todos ellos tratando de competir por ese segmento del mercado de los convertibles.
Todos ellos se sitúan en esa misma esfera de precios, y si elegimos por ejemplo un iPad Pro de 12,9 pulgadas con 512 GB de almacenamiento (1.289 euros), el Apple Pencil (109 euros) y el Smart Keyboard (189 euros) tenemos un tablet convertible con iOS por 1.587 euros que entre otras cosas se beneficia del enorme ecosistema de aplicaciones y que ahora cobra más sentido que nunca gracias a iOS 11. No solo eso: los nuevos modelos presumen de esa frecuencia de refresco de 120 Hz que permite que la interacción con el stylus sea más fluida que nunca.
Lo mismo podríamos decir del citado Surface Pro basado en Windows 10 o de cualquier otro convertible con ese sistema operativo de Microsoft. Las ventajas son evidentes para los usuarios de estas plataformas, más conocidas, populares y con un modelo de uso que permite tanto el trabajo online como offline.
Y sin embargo, esos Pixelbook siguen teniendo mucho sentido. Puede que no para todos, pero lo tienen.
Este Pixelbook no es para todo, ni para todos
La política de precios de Google ha cambiado de forma clara en los últimos años, y sus productos se han situado en un rango de precios elevado que es el elegido por los mejores dispositivos de cada segmento. Los Chromebooks, que parecía que tenían que ser baratos por narices, pueden perfectamente no serlo.
Aquí Google tendrá que aclarar más su propuesta, pero lo cierto es que estos Pixelbook parecen especialmente orientados a desarrolladores de aplicaciones Chrome OS y Android en las que el stylus cobre especial sentido. Los convertibles siguen ganando popularidad entre los usuarios, y el soporte (aún limitado) de aplicaciones Android en equipos con Chrome OS es una de las grandes promesas para que esta plataforma gane muchos enteros.
También lo es el anuncio de ese soporte táctil para Chrome OS que podría anunciarse durante el lanzamiento de los Pixelbook y que reforzará su dualidad como equipos para ejecutar tanto aplicaciones web propias de Chrome OS como aplicaciones móviles Android.
Esa aparente orientación a desarrolladores y entusiastas de esta plataforma también salva un poco a Google de posibles enfados por parte de sus partners: otros fabricantes siguen apostando por los Chromebooks, pero lo hacen con equipos más modestos. Aquí Google parece querer tener en los Pixelbook en carta de presentación de todo lo que se puede hacer con estos equipos.
Una propuesta nada descabellada
Sin olvidar, claro, que las virtudes de Chrome OS son evidentes. La seguridad por bandera, la fluidez y velocidad de la experiencia de usuario y por supuesto ese buien funcionamiento de todo el ecosistema Google, en el que los Chromebook se integran a la perfección, son avales más que suficientes para quienes ya son usuarios habituales de sus servicios.
Así pues, es probable que estos equipos no tengan un precio tan desorbitado como podríamos esperar. De hecho los modelos de 128 GB parecen mucho más razonables porque si algo se puede sacrificar en la nube es el almacenamiento SSD integrado.
Dado que Chrome OS está poco pensado para que almacenes de todo en sus unidades internas, esa propuesta base de 1.199 dólares podría ser especialmente interesante para los que ya estaban convencidos por los Chromebook y buscaban un sustituto de los antiguos Chromebook Pixel.
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