Los caminos de ASUS en telefonía móvil son inescrutables cada año y el catálogo del de este 2017 está siendo de lo más variado. Gama de entrada, media, realidad aumentada y por supuesto doble cámara trasera, la cual hemos probado en profundidad para este análisis del ASUS ZenFone Zoom S.
Un terminal que se sube a este tren, como el ASUS ZenFone 4 Max, y al de las 5,5 pulgadas, con lector de huellas en la parte trasera, a diferencia del Pegasus 3s (también de este año) y que pretende hacerse hueco en la gama media con esa doble lente, el USB tipo-C y una batería por encima de la media en miliamperios/hora.
ASUS ZenFone Zoom S, especificaciones técnicas
Asus ZenFone Zoom S (ZE553KL) | |
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Pantalla | AMOLED 5,5 pulgadas FullHD (1.920 x 1.080 píxeles) |
Procesador | Qualcomm Snapdragon 625 |
Núcleos | 8 núcleos (8 x 2,0 GHz) |
GPU | Adreno 506 |
RAM | 4 GB |
Memoria de almacenamiento | eMCP 32 GB / 64 GB / 128 + microSD (hasta 2 TB) |
Software | Android 6.0 con ASUS ZenUI 3.0 |
Navegación | GPS, A-GPS, GLONASS, BDSS |
Conectividad | 802.11 b/g/n, Bluetooth 4.2, WiFi direct, LTE Cat.4 |
Batería | 5.000 mAh no extraíble |
Cámaras traseras | Principal: 12 megapíxeles, apertura f/1.7, EIS y OIS de cuatro ejes, grabación de vídeo 4K UHD (3.840 x 2.160) a 30 fps, PDAF Dual PixelZoom: 12 megapíxeles, zoom total x12, zoom óptico x2,3 | Cámara frontal | 13 megapíxeles, apertura f/2.0 |
Otros | Lector de huellas dactilares, doble SIM, USB tipo-C |
Dimensiones y peso | 154,3 x 77 x 7,9 milímetros 170 gramos |
Precio | 469 euros |
Diseño: se impone la sencillez y se le dice adiós al plástico
El aspecto físico es una característica cuya valoración vira entre lo subjetivo y lo que se estila, pero en el caso del Zoom S la mejora es bastante evidente mirando su antecesor, el ASUS ZenFone Zoom. Atrás quedan ese acabado rugoso en el policarbonato y esa joroba a lo Samsung Galaxy K Zoom (2014), la elección este mismo material y la inclusión del logo en el frontal robando espacio para la pantalla.
Así, ASUS deja a un lado acabados en brillo que vemos en móviles con trasera de cristal o en otros ZenFone para poner una pausa relativa en dorados y otros tonos más llamativos (aunque lo hay en rosa) y dar cabida a este acabado mate y discretísimo. La sencillez parece haber sido el patrón para el diseño de este teléfono, si bien la doble cámara es protuberante y no tan integrada como vimos recientemente en el Honor 9, pero no es un saliente que moleste ni es llamativo.
En la trasera además están el módulo de flash y otros sensores y el lector de huellas. A nivel estético sin pegas, al menos si nos gustan estos acabados más sobrios y con poca filigrana, pero sí es cierto que la posición del lector de huellas no acaba de ser cómoda sobre todo si somos de índice corto.
No nos pasa esto con otros terminales que se han decantado por esta ubicación y que comparten tamaño de diagonal de pantalla, como el Huawei Nova Plus (si bien éste es ligeramente más compacto y el sensor es más grande, también proporcionalmente), por lo que probablemente se hubiese evitado el problema con una reubicación. No obstante, funciona muy bien y la detección es poco exigente a nivel de inclinación del dedo y rápida, aunque algo más de superficie se agradecería.
De la pantalla hablaremos con detalle a continuación, pero con respecto a cómo queda integrada en el frontal comentar que tenemos aquí un 76,5% de ratio pantalla/frontal según ASUS y 70,2% según GSMArena. Según nosotros un 70,44% (la pantalla mide 69,07 * 121,18 milímetros, 8.369,9 milímetros cuadrados de área, y el frontal son 77 * 154,3 milímetros, 11.881,1 milímetros cuadrados de área, por si queréis hacer el cálculo), lo cual se acerca algo más a ese 70,2%, cifra que actualmente es bastante mejorable viendo la competencia y sobre todo no teniendo el sensor de huellas delante.
Los botones táctiles se identifican permanentemente al estar el símbolo impreso sobre la pantalla y los laterales se encuentran en el lado derecho (con la pantalla cara a nosotros), los cuales funcionan correctamente y sin “bailar” como en otros terminales. Tienen la rugosidad que siempre ayuda a localizarlos a ciegas y un tono metalizado distinto al del borde, pero lo importante es que están a una buena altura con respecto al pulgar.
El terminal tiene un chasis metálico, aparentemente bastante robusto y resistente, y el frontal es 100% de cristal. Es cómodo porque no pesa en exceso y tiene los bordes en curva, los cuales no llegan a recorrer el semicírculo entero pero el corte del frontal no es agresivo, sino todo lo contrario (en ángulo obtuso).
Pantalla: de IPS a AMOLED, y brillo porque me toca
Del ASUS ZenFone Zoom que vimos en octubre del año pasado a éste vemos muchas diferencias, pero uno de los rasgos en común es el haber mantenido la apuesta por las 5,5 pulgadas y la resolución FullHD. Esta vez no obstante tenemos un panel AMOLED, por lo que probablemente aquí haya una mayor dosis de saturación y puede que una temperatura por defecto algo más fría, pero esto tiene arreglo gracias a la posibilidad de amoldar estos parámetros que nos ofrece ZEN IU (bien con configuraciones predefinidas o a nuestro gusto).
Más allá de esto la resolución será más que suficiente para muchos usuarios (aquellos de retina no tan exigente como para percibir y querer un mínimo de QHD), y no echamos en falta más detalle del que ofrece. Buenos ángulo de visión y un brillo máximo de 500 nits (según el fabricante), que al margen del número nos ha sido más que suficiente cuando el sol incide con más intensidad y ángulo más directo a pleno día. El ajuste de brillo automático funciona también perfectamente, muy bien en estos sentidos.
Con un saturación algo alta por defecto que podemos ajustar a un nivel más agradable fácilmente y una temperatura también variable, el panel tiene un buen nivel de contraste y la sensibilidad táctil es correcta. Sólo hemos encontrado un pequeño fallo justamente en los deslizadores del ajuste de saturación y temperatura, así como al usar el teclado de ZEN UI y Swiftkey, pero dado que lo primero no lo vemos en ninguna otra ocasión y lo segundo se soluciona usando el teclado de Google, todo apunta a que se trata de un problema de software (y solucionable por actualización).
Algo que echamos en falta es la activación de pantalla con doble toque (sobre todo por tener el lector de huellas detrás), que sería muy útil para consultar notificaciones con el móvil apoyado en la mesa o bien desbloquear sin tener que agarrarlo o tocar el botón físico lateral, así como Ambient Display o algo similar.
Rendimiento: núcleos y memorias funcionando al máximo sin calentamiento
El ASUS ZenFone Zoom S monta en sus tripas un Snapdragon 625 con ocho núcleos a 2 GHz, acompañado de 4 GB de RAM. Es la misma configuración que otros rivales como el Moto G5 Plus, con la diferencia en este caso de que el Zoom S viste su software con la capa de personalización de la casa ZEN UI (de la cual hablaremos más a fondo en el próximo apartado).
¿Es suficiente esta electrónica para mover ZEN UI y las apps más exigentes? Lo es, dado que son pocos los parones o el lag que nos hemos encontrado. La multitarea se despliega instantáneamente y la navegación por el sistema, bien por el cajón de apps o por las pestañas de ajustes, se produce con fluidez y sin enganchones, si bien sí hay algún parón cuando hemos cargado apps pesadas y exigentes a nivel gráfico como el juego Asphalt 8, también en la propia cámara (al arrancar y al ejecutar ciertas funciones).
No obstante, son incidentes que ocurren muy puntualmente y en otras apps (por ejemplo las de tipo timeline como Instagram o Twitter) no experimentamos ningún problema, tampoco en la reproducción de contenido multimedia. Muy buen trabajo en cuanto a la refrigeración y el aislamiento térmico, dado que el teléfono se calienta muy poco aunque estemos un buen rato jugando, viendo contenido en streaming, tirando de altavoz propio para la música o usando la cámara.
Para quienes tomáis los benchmarks como referencia, el Zoom S obtiene 62.502 puntos en AnTuTu y 843 (single core) y 4.194 (multicore) en GeekBench entre otros. Os ponemos los resultados en esta tabla comparativa y en imágenes.
Prueba | Asus ZenFone Zoom S | Motorola G5 Plus | Xiaomi Redmi Note 4X | Asus ZenFone 3 | BQ Aquaris X |
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AnTuTu | 62.502 | 64.388 | 61.454 | 61.801 | 60.123 |
GeekBench (Single / Multi) | 843 / 4.194 | 827 / 3.993 | 822 / 3.034 | 924 / 5.159 | 923 / 4.445 |
PCMark Work | 4.680 | 4.828 | 4.778 | 4.823 | 4.865 |
3DMark (IceStorm Unlimited) | 13.834 | 13.866 | 13.746 | 13.937 | – |
Software: ZEN UI al mando
Fuera de los Nexus Pixel, los Motorola y en cierto modo los BQ en los fabricantes de móviles Android impera aún el caracterizar el sistema con sus capas propias de software. ASUS forma parte de este grupo y el Zoom S también engalana Android Marshmallow 6.0.1 con ZEN UI 3. Veamos qué características positivas, negativas y al fin y al cabo distintas tiene.
El teléfono inicia ya con algunas de las ofertas por parte del fabricante en el pre-load, que afortunada y adecuadamente podemos rechazar, aunque tendremos las apps propias y algunas de terceros ya preinstaladas en el sistema, las cuales en algunos casos no podremos eliminar (sí inhabilitar) aunque no sean de ASUS, como Facebook Messenger. No resultan tampoco demasiadas teniendo en cuenta lo que vemos en otros casos, ni antivirus ni exceso o duplicidad de utilidades.
La capa es muy invasiva a nivel de interfaz (esto no tiene por qué ser un reproche, es cuestión de gustos), con un diseño basado en las líneas sencillas de otras interfaces como el Material Design, aunque desaprovechando bastante el espacio en general (todo muy grande, por ejemplo los botones y accesos de la cortinilla de notificaciones). No obstante, como decíamos en la parte de rendimiento no nos encontramos lags ni tirones al pasar las páginas del menú o al desplegar apps.
En este sentido ZEN UI se porta, de hecho contribuye a que la fluidez y el buen funcionamiento imperen así como la conservación de la batería restante, gracias a apps propias para optimizar el sistema y los avisos (que podemos desactivar) de las apps que están consumiendo en segundo plano en un nivel que el sistema considera exagerado (nos pasará con el streaming de contenido en general).
Otras particularidades son las posibilidades en la multitarea, pudiendo eliminar todo o fijar apps, poder habilitar el modo “anti-fisgones” para la galería de fotografías o la personalización a nivel de pantalla, elementos en la pantalla de bloqueo, los toggles en la cortinilla de notificaciones o el sonido (esto lo veremos más en detalle al hablar del audio). Cualquier cosa que signifique la posibilidad de adaptarse a los gustos del usuario siempre será bien recibido, y en este caso compensa esas pequeñas imposiciones que tiene ZEN UI que comentábamos.
Cámaras: tres ojos ven más que dos, pero no siempre mejor
El de los móviles a una cámara pegados no fue un formato para un gran público, y a tenor del abandono de los distintos fabricantes de la idea tampoco debió serlo para uno lo suficientemente rentable. Puede que esto, sumado a la actual moda de la doble cámara, fuese el detonante para que el modelo Zoom dejase a un lado la integración de una sola gran lente (trasera) para dejar lugar a dos bastante más discretas y estéticas, manteniendo ese reclamo que da nombre a la familia, el zoom óptico (hasta cierto punto).
Así, el ZenFone Zoom S incorpora dos sensores en su parte trasera: un Sony IMX362 de 12 megapíxeles con f/1.7, con un píxel de 1,4 µm y estabilización óptica y electrónica (OIS y EIS), y otro que no nos especifican también de 12 megapixel que permite un zoom total de x12 y óptico de hasta x2,3. En la práctica, no obstante, nos quedaremos casi siempre con x2,3 como mucho, lo vemos en detalle.
Hablar antes de meternos a fondo a analizar las imágenes un poco de la app. Ya hemos comentado en el apartado de rendimiento que justamente esta app tardaba algo en abrirse (lo suficiente para percatarnos), y que experimentamos parones cuando grabamos en vídeo aunque nos quedemos en 1080p (graba hasta 4K). Más allá de su funcionamiento, es una app bastante completa, con una interfaz bastante intuitiva y clara, y salpimentada con bastantes modos:
- Auto: modo de disparo con todos los ajustes en automático, salvo el enfoque y la exposición si se desea.
- Manual: permite ajustar manualmente la ISO, la exposición, la velocidad de obturación, el balance de blancos y el enfoque, o bien dejar la que se desee en automático.
- HDR Pro: lleva un grado más allá el HDR “estándar” disponible en el modo de disparo automático
- Embellecimiento: aplica los ajustes de belleza que encontramos en la cámara frontal (piel, labios, delgadez, ojos, intensidad de maquillaje y tono de piel) a los sujetos que enfocamos con la trasera.
- Superresolución: disparo maximizando la resolución por parte del software.
- Niños: dispara cuando detecta una cara de niño (la teoría es ésa, la práctica no).
- Código QR: la cámara actúa como escáner para este tipo de códigos.
- Nocturno: disparo preconfigurado para disparar de noche. No es un modo de larga exposición.
- Profundidad de campo: sería el efecto bokeh que hemos visto en otros terminales, aunque no es ajustable.
- Efecto: menú de filtros de color y blanco y negro.
- Selfie: modo para fotografía grupal indicando el número de rostros.
- Animación GIF: permite grabar un pequeño clip (pulsando y manteniendo), pudiendo editar la velocidad y quedando grabado como GIF.
- Panorámica: modo para realizar fotografías panorámicas.
- Miniatura: muy similar al efecto de desenfoque que facilita Instagram (en horizontal o en círculo).
- Rebobinar tiempo: una especie de live-photo, captura durante unos segundos y permite navegar en dicha captura.
- Eliminación inteligente: captura cinco fotografías y elimina los objetos en movimiento que detecta automáticamente.
- Todo sonrisas: dispara cinco veces, permitiendo elegir qué resultado se prefiere por cada cara (detecta los rostros automáticamente y al pulsar sobre ellos ofrece las cinco alternativas).
- Movimiento lento: grabación en cámara lenta (hasta FullHD)
- Intervalo de tiempo: para grabar un time-lapse, es decir, disparos interválicos durante una determinada duración (hasta 4K).
En la práctica es posible que no los usemos todos, bien por no requerirlos en los tipos de escena en los que solemos estar, bien porque se nos olvida o bien porque una vez obtenidos los disparos tampoco compensa el tiempo que usamos pensando y cambiando los modos, sobre todo si queremos fotografiar algo tan inestable y complicado como un niño o un animal. De hecho, el “modo niño” ni siquiera nos ha detectado las caras, y el modo nocturno no suele compensar los disparos en auto o HDR (y entre HDR “normal” y Pro tampoco hay demasiada diferencia).
¿Cómo se porta(n) pues la(s) cámara(s) del ASUS ZenFone Zoom S? Ofreciendo un resultado sin sorpresas, para bien y para mal. La cámara está cómoda en escenas con luz abundante o interiores bien iluminados, sacando unos tonos naturales y con un buen grado de nitidez sobre todo en las macro. La nitidez es menor en el segundo tipo de escena, donde también encontramos una saturación mayor.
Poca diferencia recurriendo a los HDR, si bien se nota más su elección a plena luz y no a media o baja luz, cuando suelen rescatar cielos que se sobreexponen hasta esfumarse. El Pro es mucho más sutil (quizás de ahí el apellido “Pro”, por ser menos agresivo), pero lo cierto es que en la mayoría de casos nos compensará disparar en automático, tanto a plena luz como por la tarde o por la noche.
¿Y el zoom? Es cómodo de aplicar, con un botón muy cercano al obturador que nos aumenta automáticamente a 2,3x y 5x, para poder llevarlo hasta el 12x con el habitual gesto de pellizco. Eso sí, habría que mejorar tanto la app como la sensibilidad táctil a la hora de aumentar el zoom porque falla bastante (y la app suele desestabilizarse).
La calidad del resultado dependerá de la escena, pero en general tenemos una ampliación buena a plena luz y hasta 2,3x o 5x, y a partir de ahí y en otras escenas el ruido y la falta de nitidez son las protagonistas. Sobre todo sacaremos partido del de 12x con luz abundante, donde el detalle es mayor y por tanto tendrá más sentido.
En media y baja luz la cámara empieza a sufrir algo más, con una acentuada pérdida de nitidez aunque recurramos al modo de “superresolución”. Este modo, de hecho, nos gustaba incluso menos a plena luz del día, os ponemos unos ejemplos dejando aumentada una zona para que podáis ver el resultado.
Nos esperábamos un resultado en fotografías nocturnas algo mejor por la inclusión de tecnologías propias como “SuperPixel” que justamente se centran en aumentar la luminosidad en estas situaciones. El resultado no destaca, tampoco es peor de lo que se espera en una cámara de un móvil de gama media, pero las acuarelas, el ruido y la falta de nitidez no son menores que en otras ocasiones, aunque recurramos al modo “nocturno”.
Algunos de los modos que exponíamos antes son más llamativos y sencillos de aplicar (y compartir), como los que simulan un desenfoque. Son bastante agresivos (y en el caso del modo “miniatura” añade algo de saturación además del desenfoque, aunque en un buen grado), pero según de qué escena se trate pueden dar un toque que guste. El modo manual se porta muy bien, y los que buscan estas opciones en la cámara móvil lo agradecerán.
[[gallery: asus-zenfone-zoom-s-fotografias]]
Recordar también que tenemos opción de conservar los archivos RAW (*.dng) si trabajamos en modo manual, si bien al hacer zoom se conservará el disparo entero (no sólo el recorte que es lo que queda en *.jpg). Esta prestación siempre es más útil para quien prefiere emplear algo de tiempo en encargarse del procesado, y en este caso sí nos encontramos que hay una edición importante del archivo RAW, aunque se nota sobre todo en escenas con colorido y luz y no de noche.
Cámara frontal: que no falten los retoques
Los fabricantes asiáticos acostumbran a dotar por defecto a la app de cámara en su interfaz para la frontal de una serie de opciones de retoque. ASUS no escapa a esto y de hecho encontramos todo un surtido de opciones de “embellecimiento” a la hora de obtener nuestras propias instantáneas y complementar nuestros rasgos (o alejarlos de la realidad).
En cuanto al hardware, la cámara frontal monta un sensor Sony IMX214 sensor de 1/3.06″ y 13 megapíxeles, con píxeles de un tamaño de 1.12um, y
f/2.0 de apertura, con la pantalla emulando el flash. También tiene acceso a parte de los modos que hemos enumerado antes, concretamente el “selfie panorámico”, el modo “nocturno”, el “HDR Pro”, los filtros, la cámara lenta, el intervalo de tiempo y la posibilidad de hacer GIFs.
Si no nos gusta la aplicación de retoques, debemos tener en cuenta que al abrir la cámara frontal por primera vez estará preconfigurado el ajuste de añadir maquillaje, por lo que si no lo desactivamos tendremos una autofoto con algo de “embellecimiento” aplicado. Si nos gusta esto, podemos ajustar los parámetros que indicábamos al hablar de dicho modo, a diez grados distintos en cada caso (o distintos colores en tono de piel y labios). Para gustos, colores; lo que podemos decir es que notarse, se notan.
Con mucha luz el resultado es menos equilibrado y sobreexpone, pero con algo menos la cámara es agradecida tanto a nivel de exposición como de contraste y color. Buen detalle de día y en abierto, algo de pérdida ya en interiores (pero con buen resultado) e invasión de ruido de noche, pero está dentro de lo esperado en una frontal de gama media.
El obturador toma una forma distinta dado que si deslizamos hacia la izquierda activaremos un temporizador. El menú de los modos se encuentra en el mismo lugar que en la interfaz de la trasera, y podemos desplegar las opciones de belleza pulsando en un icono con forma de controles que nos sale en la esquina superior derecha.
Grabando a 4K, cámara lenta o lo que se tercie
En cuanto al vídeo, el 4K se agradece y se nota bastante sobre todo si estamos en entornos más exigentes. Nosotros lo hemos puesto muy difícil y la invasión por parte del ruido es inevitable cuando apenas hay luz, pero así se ve muy bien la diferencia entre grabar a 1080p y 4K.
La cámara lenta implica bajar a 720p, pero para situaciones con luz abundante y el uso ocasional no da un mal resultado. Lo que se agradecería es un control del zoom más suave o cómodo, dado que entorpece bastante las tomas.
Lo que no se nota demasiado es la estabilización (la hay óptica y electrónica), tampoco en las fotos nocturnas que veíamos antes, y el zoom sigue siendo una invasión de píxeles como casas y ruido.
Autonomía: el verdadero súper poder del Zoom S
Las apariencias pueden engañar, el software puede confundir, pero las matemáticas y la física no engañan. La batería del ZenFone Zooom S es de 5.000 miliamperios/hora y esto nos va a dar para mucho, concretamente para dos días.
Algo que ocurre de manera más o menos completa (llegando a acabar el segundo día) según lo que lo exprimamos, pero que no se trata ni mucho menos de usar el móvil para lo mínimo, con wifi y como mucho para consultar redes sociales. Una carga del terminal nos da para horas de tranquilidad con la cámara, los videojuegos o la escucha de música tirando de altavoz sin que estemos pendientes del icono de la batería.
Fallo aquí relativo el de no incorporar carga rápida, dado que ésta dura un total de 3 horas aproximadamente, si bien no requeriremos la carga tan a menudo como en otros casos en los que nos cuesta incluso llegar al día. Lo dicho, tranquilidad absoluta en este sentido y un olvido de baterías externas o cargadores si salimos con un buen nivel de carga o incluso en torno al 50%.
Sonido: no pasa desapercibido por fuerte, sí por calidad
Quizás una de las partes más flojas de este Zoom S, sin que sea mala del todo tampoco. El altavoz, de cinco imanes y bobina móvil metálica, se sitúa en el borde inferior (en la base), posición que es cada vez más habitual, e incluye un amplificador NXP Smart AMP.
El sonido es aceptable si no se nos ocurre subir por encima del 70% del volumen, momento en el cual empieza a haber una ligera distorsión (lo cual no es algo llamativo o fuera de lo normal). La experiencia mejora con auriculares (tiene jack de 3,5 milímetros), además de que viene acompañado de una app propia de la casa que nos permite elegir entre los ajustes preestablecidos para el tipo de sonido, variando el nivel de cancelación y otros aspectos según elijamos uno u otro.
El volumen máximo que ha alcanzado en nuestras mediciones queda en 116,7 decibelios, bastante por encima de lo que solemos ver (recordar aquí que con los decibelios pasa como con los puntos Richter, son exponenciales y no lineales, y 100 decibelios no es el doble de potencia que 50, sino mucho más). No obstante, por esa pérdida de calidad que comentábamos nos conviene dejarlo como mucho en ese 70%, lo cual se traduce en unos 90-100 decibelios, que no está mal.
El sonido en general es de calidad media y viene bastante bien la app de personalización de sonido, añadiendo por ejemplo algo de bajos al menos para música y multimedia. Lo bueno es que no encontramos la vibración que sí hay en otros terminales al subir el volumen, aunque tampoco tenemos sonido estéreo.
ASUS ZenFone Zoom S, la opinión de Consultores-TIC
Apuesta curiosa la de este terminal, a medio camino entre móvil especializado, reclamo para aficionados a la fotografía y ser una opción a considerar por el usuario que busca algo de gama media. Como comentábamos antes, ASUS deja a un lado ese formato de híbrido entre cámara profesional y móvil y se monta en el tren de la doble cámara, yendo por el derrotero de los aumentos y no del monocromo o el bokeh.
¿Consigue destacar? Sobre el papel es posible, pero en el uso no acaba de ser algo llamativo este juego de doble lente para tener más aumentos, al tener siempre un resultado muy bajo en nitidez. Esto es algo inherente al zoom, pero si hablamos de una mejora o de una característica protagonista se espera un resultado que destaque o quede por encima del zoom electrónico que toda cámara tiene, y no lo hemos experimentado así.
A favor tiene que funciona muy bien y una batería apoteósica a días de hoy, cuando la autonomía es precisamente una de las características que más flojea en el panorama de los móviles actuales (lo cual casualmente no se consolidó con la moda del adelgazamiento de los smartphones). Fluidez y autonomía son banderas que ondean más alto y más fuerte que la del zoom en el Zoom S.
No lo tiene fácil para competir con sus rivales en parte por esta falta de un reclamo firme o certero y por el precio, dado que hablamos por ejemplo de casi 200 euros más que el Moto G5 Plus, cuya cámara nos gustó de hecho algo más. Veremos si logra hacerse hueco en el arduo terreno de la gama media.
8.1
A favor
- La autonomía: los 5.000 mAh dan para dos días de uso tranquilamente, incluso con videojuegos, cámara o reproducción de contenidos y con muchas horas de conexión de datos.
- El diseño es sobrio, sencillo y acertado, así como la construcción.
- Fluidez en prácticamente todos los usos y situaciones.
En contra
- La cámara está por debajo de las expectativas, tanto en su uso estándar como al recurrir al zoom.
- La capa propia de software es muy invasiva y, aunque tiene algunas características que se agradecen, penaliza la experiencia.
- El precio no es ajustado.
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de ASUS. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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