La apuesta de los Honor se va reafirmando con cada buque insignia que lanzan, dado que la marca parece estar centrando éstos en ser lo mejor en relación calidad-precio de la gama alta. Tras intentarlo el año pasado con un Honor 8 y un Honor 8 Pro que ya incorporaron doble cámara y USB tipo C, este año la apuesta se materializa con el Honor 9, del cual te traemos su análisis.
A este terminal lo pudimos conocer hace poco, momento en el cual ya os dimos un buen aperitivo en forma de primeras impresiones, viendo ya que al menos aspiraba con bastante seguridad a ser un digno sucesor de estos dos móviles que mencionábamos. Combinando ADN de ambos y con aires al Huawei P10, el Honor 9 llega en verano para carraspear a sus rivales de gama alta con un precio que no llega a los 500 euros. ¿Lo consigue? Os lo contamos con detalle.
Honor 9, review en vídeo
Honor 9, especificaciones técnicas
Honor 9 | |
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Pantalla | IPS de 5,15 pulgadas FullHD 428 píxeles por pulgada |
Procesador | Huawei Kirin 960 |
Núcleos | 8 núcleos (4 x 2,5 GHz + 4 x 1,8 GHz) |
GPU | Mali-G71 MP8 |
RAM | 4GB/6GB LPDDR4 |
Memoria de almacenamiento | 64 GB/128 GB + microSD |
Software | Android 7.1 Nougat con EMUI 5.1 |
Conectividad | USB de Tipo-C, Bluetooth 4.1, A-GPS, 4G LTE, NFC |
Batería | 3.200 mAh no extraíble y carga rápida |
Cámaras traseras | 12 megapíxeles (RGB) + 20 megapíxeles (monocromo) | Cámara frontal | 8 megapíxeles |
Otros | Lector de huellas dactilares |
Dimensiones y peso | 147,3 x 70,9 x 7,45 milímetros 155 gramos |
Precio | 449 euros |
Diseño: lo llamativo también puede ser elegante
El brillo parece inherente a este familia de terminales, cuyo último miembro también viste de cristal teniendo ese acabado “charol” alejado de otras apuestas más discretas con acabado mate como sus primos hermanos el Huawei Mate 9 o el Huawei P10. Así y todo, os habla alguien que no es para nada una gran entusiasta del cristal y del acabado brillante, y el resultado es dentro de lo que cabe bastante elegante (y, aunque para gustos, colores, al menos este gris azulado queda un terminal bonito).
Lo que sí es más discreta y para bien es la integración de la doble cámara trasera. Aquí no tendremos saliente como en los iPhones, sino una discretísima integración tanto a nivel de superficie como de diseño. Algo que ya vimos en los P10, pero en este caso ni hay franja de color o sombreado ni un espacio delimitado como en el LG G6, en el cual tampoco sobresalen. Con esto se gana algo más de tranquilidad a la hora de reposar el terminal en una superficie, además de que nos pueda importar más o menos este aspecto.
La ligera curva en sus bordes laterales ayuda a adelgazar un poco esos 7,45 milímetros, un grosor que en realidad tampoco sería necesario disimular y que contribuye a lo cómodo que resulta el terminal en mano
Esta trasera metalizada acaba en una ligera curva en sus bordes laterales que ayuda a adelgazar un poco esos 7,45 milímetros, un grosor que en realidad tampoco sería necesario disimular y que contribuye a lo cómodo que resulta el terminal en mano, junto a la ausencia de ángulos rectos o demasiado agudos (“afilados”). Es macizo y no es el terminal más ligero de este tamaño, pero no resulta pesado y al no ser ancho o excesivamente alto no nos cansa tampoco en cuanto a estirar el pulgar.
En cuanto a lo compacto de sus dimensiones y construcción está en la línea de otros smartphones de tamaño similar, pero ahí han hecho mejor trabajo otros como Xiaomi con el Mi5, menos alto, ancho, grueso y ligero y con un mejor aprovechamiento de frontal por parte de la pantalla (73,1% el Mi5 frente al 70% del Honor 9).
El frontal es lo que más llama la atención y no para bien, dado que con los que empezamos a ver desde las últimas generaciones de smartphones estos porcentajes en torno al 70% ya se nos hacen algo antiguos, si bien aquí el tener el lector en el frontal hará que no puedan alcanzarse extremos como el 78,6% del G6 o el tremendo 83,6% del S8 y el Mi Mix.
De hecho, la posición del lector de huellas en la parte delantera es una novedad en cuanto al diseño y la construcción en referencia a los anteriores Honor, dado que anteriormente se optó por la parte trasera. No es protuberante (sí lo es ligeramente el borde) y queda relativamente integrado en el frontal, pero la posición nos será más o menos cómoda según el uso (positiva si acostumbramos a desbloquear con el móvil en la mesa, algo inoportuna si tendemos a tener el móvil en el bolsillo y el lector queda en la parte más al exterior).
Con los botones táctiles hemos tenido una experiencia buena y no tan buena al mismo tiempo. Resulta cómodo que la zona sensible al tap no se limite al punto que se ilumina con el toque, sino que abarque prácticamente toda la superficie que queda entre pantalla, lector de huellas y borde (para cada botón), de modo que podemos pulsar a ciegas. Pero al mismo tiempo esto hace que haya bastantes toques accidentales, y que volvamos atrás o despleguemos la multitarea con la base de la mano sin querer.
En cuanto a los botones físicos de volumen y bloqueo/encendido, la posición es cómoda incluso para quienes tenemos los dedos cortos. Eso sí, si somos quisquillosos notaremos que sobre todo los de volumen “bailan” un poco, dando la impresión de estar algo sueltos (nos pasó también con los del ZTE Axon 7). Por suerte se trata sólo de una sensación, dado que el funcionamiento es correcto y no nos han fallado en ningún momento.
En resumen: es cómodo y no para grande, aunque es lo suficientemente ancho como para descartar el uso con una sola mano (si sois el club de los pulgares enanos, al menos). Pero la magia se rompe por esa brillante trasera que es un eficiente imán de huellas como ya anticipamos en las primeras impresiones.
La sensación al tacto queda en un lado más subjetivo y nos puede gustar más o menos, pero lo que sí hay que tener en cuenta es que es ligeramente resbaladizo. No se escapa de manera descontrolada, pero hay que tenerlo en cuenta también a la hora de apoyarlo en una superficie con la mínima inclinación (el teléfono se escurre sigilosamente y el desenlace puede ser una caída inesperada y aparentemente incomprensible).
Pantalla: no se echan de menos las “K”, pero sí los nits
Los números no lo son todo ni mucho menos y a veces no por mayor cifra hay mejor resultado hablando de electrónica, y el Honor 9 sale bien parado quedándose en los 1.080 x 1.920 píxeles de resolución en su pantalla IPS de 5,15 pulgadas. Como acostumbramos a decir, se trata de un nivel de resolución aceptable y que hace no echar de menos más detalle, aunque puede no contentar a aquellos usuarios más exigentes o con mayor sensibilidad en cuanto al mismo.
El ajuste de brillo automático no funciona bien del todo, teniendo un problema en situaciones de luz baja en las que se autoajusta a un nivel demasiado bajo. Este comportamiento errático puede jugarnos una mala pasada si, por ejemplo, usamos el móvil como navegador en el coche y estamos conduciendo de noche, dado que la visibilidad empeora (y nos toca parar a ajustar el brillo).
Esto parece tratarse de un problema de software, dado que al ajustar manualmente el brillo tiene un nivel adecuado sin ni siquiera llegar al 40 o 50% en según qué situaciones. Eso sí, no tenemos aquí los datos en nits del brillo máximo, pero sin tener los números echamos en falta algunos nits de brillo máximo con los rayos de sol incidiendo de manera más directa e intensa.
En cuanto a color, contraste y ángulos de visión el panel se defiende bien, tanto en pantallas del sistema como en visualización de contenido multimedia. Y un punto positivo de EMUI (que como veremos no serán todos así) es que deja ajustar la temperatura de los blancos al gusto del usuario, la cual viene más bien cálida de fábrica (tampoco tenemos los Kelvins aquí) y que podemos configurar el modo de lectura (el filtro cálido que reduce la emisión de luz azul para fatigar menos la vista).
Eso sí, se echan mucho en falta el Ambient Display y el doble golpe para activar la pantalla, y esto segundo sería un complemento muy de agradecer acompañando a esa ubicación frontal del lector de huellas dado que nos proporcionaría la información deseada sin tener que recurrir al botón (no es un esfuerzo enorme, pero el doble knock lo hace más cómodo). Incluso vendría bien el poder iniciar la cámara con gestos (a lo Motorola), dado que el arrastre desde la pantalla de inicio no pilla siempre en una dirección cómoda y ha de hacerse sí o sí verticalmente de manera completa.
Rendimiento: llevar lo mejor de la casa se nota continuamente en el uso
Tenemos una configuración similar al Huawei Mate 9, con el mismo procesador de la casa y la RAM variable según el modelo. En nuestro eran 4 GB de RAM los que acompañaban al Kirin 960 y sus ocho núcleos.
Este hardware es más que suficiente para mover tanto apps sencillas como pesadas sin problemas, siendo una de ellas el propio sistema (lo desgranaremos en el siguiente apartado). El Honor 9 despliega la multitarea sin lag, y lo mismo con la ejecución de videojuegos exigentes como el Asphalt 8 (hablando sobre todo de las pantallas de configuración, que es lo que experimenta parones y se engancha si el hardware es menos potente).
Solamente hemos experimentado lag en la escritura (usando Swiftkey, que viene por defecto, con el de Google ocurre en menor medida) y tirones apps de tipo timeline como Instagram. Y la pantalla dividida (que se activa pulsando de manera continua sobre el botón táctil de la multitarea) también se ejecuta sin problemas.
Eso sí, optar por el metal y el cristal en la construcción es favorecer la conducción del calor y ponerlo difícil a lo relativamente poco que puede hacerse en chasis y electrónicas de milímetros de grosor por refrigerar. Lo normal de hecho es que no tardemos en percibir algo de calentamiento en la parte superior del terminal, que con poco que lo usemos se extenderá a toda la parte trasera (hablando de apps de exigencia baja o media como redes sociales).
Evidentemente será peor cuanto más intenso sea el uso, principalmente si reproducimos música con los altavoces, contenido multimedia en general, videojuegos o la cámara. No es molesto ni exagerado salvo que juguemos o usemos la cámara durante 10 o 15 minutos ininterrumpidamente, ahí el borde superior (donde está la cámara) se calienta demasiado, sobre todo ahora en verano.
No obstante, pese a este calentamiento que nos acompaña de manera leve bastante habitualmente el móvil ejecuta las aplicaciones sin ralentizar aún cuando tenemos estos picos de temperaturas que sí empiezan a resultar algo molestos en el agarre. Si somos de usar funda, evitaremos esta molestia y percibir ese aumento de temperatura leve cuando se usan apps menos exigentes.
Sobre el funcionamiento y el uso comentar que el lector de huellas está activo siempre de manera latente y que podremos desbloquear la pantalla con él sin tener que activar la pantalla (y no se pulsa, es fijo), y que además es el botón de “cerrar”. Es bastante sensible y funciona con rapidez, aunque en ocasiones es algo exigente con la cantidad de superficie de la huella que se usa.
Para aquellos que os gusta tomar los benchmarks como referencia, os ponemos los resultados de los tests más habituales del Honor 9, comparándolos con los de otros móviles de configuración similar.
Prueba | Honor 9 | Huawei Mate 9 | Huawei P10 | Galaxy S7 Edge | LG G6 |
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AnTuTu | 121.708 | 125.649 | 116.267 | 136.695 | 157.208 |
GeekBench (Single / Multi) | 1.842 / 4.669 | 1.910 / 5.863 | 1.931 / 6.102 | 2.117 / 6.063 | 4.285 / 1.797 |
PCMark Work | 5.998 | 6.409 | 6.165 | 5.707 | – |
3DMark (IceStorm Unlimited) | 22.128 | 27.241 | 28.732 | – | 24.065 |
Software: más pequeños pasos de EMUI hacia una experiencia excelente
Hablar de Android es relativo cuando se trata de capas tan invasivas como EMUI. El Honor 9 viste a Android 7.0 Nougat del software propio EMUI en su versión 5.1, que cambia el aspecto, la configuración y los servicios para bien y para mal.
Algo que nos gusta es que la capa que desarrolla Huawei nos permita elegir la disposición de las apps, pudiendo optar por cajón de apps si lo preferimos a que estén todas en el escritorio. Podemos también personalizar los accesos directos de la cortinilla de notificaciones, así como éstas mismas y aspectos que no siempre es posible configurar como el que comentábamos anteriormente de la temperatura de la pantalla.
¿Qué no nos gusta? Lo impuesto, y más cuando interfiere en nuestro uso empeorándolo. Por ejemplo el que no podamos eliminar apps que se instalan automáticamente sin ser ni siquiera propias de la casa, como las de Google, o que se nos obligue a otorgar permisos a apps propias que puede que no queramos usar, como la de Recordatorios (si ponemos “Cancelar” nos vuelve a preguntar, sin opción a que no nos lo vuelva a mostrar y aceptar como única alternativa).
No obstante, como decíamos en el anterior apartado, no nos encontramos lag o las consecuencias negativas que en ocasiones tiene la sobrecarga de software propio. También nos encontramos algunas aplicaciones propias útiles e informativas como la que se encarga de avisarnos si una app está consumiendo batería en segundo plano, y nos da una información muy completa de la autonomía especificando entre el gasto por parte del hardware y del software, chapeau ahí.
Cámara no, cámaras: explotando el monocromo, pero también la cabeza del usuario con tanta opción
Los Honor ya integraron la doble cámara en la pasada edición, pero ésta es la primera ocasión en la que hacen la apuesta de sus primos los Huawei con uno de los sensores monocromo. Lo que tenemos concretamente en el Honor 9 son dos sensores, de 20 y 12 megapíxeles, siendo el monocromático el primero, los cuales también dan la opción de hacer zoom híbrido de 2x.
Siempre me gusta contar el uso de la cámara desgranando tanto el resultado del conjunto de lentes y procesado como las opciones que da la app, y en este caso no va a ser una excepción ni mucho menos porque la de Huawei (que es la que incorporan los Honor de manera nativa) es una de las que más opciones da. Así que vamos a ver primero qué posibilidades ofrece el Honor 9 y en qué lentes.
Si te pasas te lo pierdes: una app completa, pero compleja
Comentar primero que la app se abre a una velocidad aceptable, no es estrictamente instantánea pero no hay parones ni lag en el despliegue bien sea desde el icono o desde la pantalla de bloqueo. Eso sí, en este segundo caso es algo incómodo que se exija un deslizamiento vertical completo desde la esquina inferior derecha (donde está el logo de la cámara en la pantalla de bloqueo), y puede que según cómo estemos agarrando el teléfono nos cueste un poco.
Una vez abierta podemos deslizar a izquierda o derecha para acceder a las distintas opciones de disparo o al menú de ajustes (respectivamente). La cámara nos viene por defecto ajustada a resolución de 12 megapíxeles, de modo que si queremos partir ya con los 20, silenciar el sonido de obturador o añadir cuadrícula entre otras cosas tendremos que ir primero a los ajustes. Y este ajuste de la resolución nos convendrá recordarlo para hacer uso de las opciones de la app, las cuales son:
- Foto: disparo automático.
- Foto profesional: modo manual. Permite ajustar toma de luz, ISO, velocidad de obturación, exposición, modo de enfoque y balance de blancos, permitiendo dejar parámetros en automático. Sólo en este modo guardará el archivo RAW además del JPG.
- Vídeo: acceso al modo de grabación de vídeo (es lo mismo que el botón de acceso directo de la pantalla principal, al lado del disparador).
- Vídeo profesional: modo manual de vídeo. Permite ajustar manualmente la toma de luz, la exposición, el modo de enfoque y el balance de blancos (antes de grabar, no durante).
- Panorámica 3D: permite realizar tomas en torno a un elemento principal para posteriormente girar en la fotografía, similar a los disparos en 360 grados. Funciona sólo hasta con 12 megapíxeles de resolución.
- Monocromático: disparos en blanco y negro con dicho sensor.
- HDR: modo de alto rango dinámico (fusión de tres disparos). Funciona sólo hasta con 12 megapíxeles de resolución.
- Creador 3D: similar al modo de panorámica 3D, pero aplicado a personas.
- Toma nocturna: disparo de larga exposición, pudiendo ajustar ISO y velocidad de obturación (o dejarlas en automático). A la hora de disparar es como la toma de un vídeo, por lo que está ideado para hacerlo con trípode o algún soporte estático (aunque no lo indique). Funciona sólo hasta con 12 megapíxeles de resolución.
- Panorámica: permite realizar fotografías panorámicas moviendo el móvil hacia un lado guiando con una flecha.
- Pintura con luz: integra cuatro modos de disparo específico (variando velocidad de obturación y/u otros parámetros según esté configurado), pudiendo elegir entre “estela de luz”, “grafiti de luz”», “aguas suaves” o “estela de estrellas”.
- Cámara rápida: grabación a 720p.
- Cámara lenta: podremos elegir entre 720p o 1080p.
- Filtro: habilita la galería de filtros preinstalados.
- Marca de agua: inserta en la fotografía la ubicación, la fecha, la temperatura y el tiempo que hace. Funciona sólo hasta con 12 megapíxeles de resolución. Podemos eliminarlo si lo deseamos y funciona sólo hasta con 12 megapíxeles de resolución.
- Nota de audio: para grabar una nota de audio de diez segundos sobre una fotografía (lo que hayamos encuadrado al inicio). Podemos eliminarlo si lo deseamos y funciona sólo hasta con 12 megapíxeles de resolución.
- Reconocimiento de documentos: identifica y captura el texto de documentos en papel. Podemos eliminarlo si lo deseamos y funciona sólo hasta con 12 megapíxeles de resolución.
- Realzar comida: éste no viene instalado de fábrica, sino que podemos descargarlo en el apartado de “Más”. Se trata de un disparo que aumenta la saturación y el brillo.
¿Cuál es el uso de estas opciones en la práctica? En realidad es más bien reducido si hablamos sobre todo de usos tan específicos y tan poco prácticos como los de fotos 3D o el realce de comida. Son fotografías que no compartiremos en redes sociales o mensajería aún siendo curiosas (al no mantenerse el efecto) y que requieren seguir los pasos cada vez, además de que las condiciones de iluminación y el entorno acompañen.
Además, el gesto de deslizar es exigente y nos tocará apoyar bien la yema (nada de intentarlo sólo con la punta del dedo), haciéndose bastante de rogar. Aunque lo positivo es que una vez se activa uno de estos modos puede desactivarse pulsando sobre una “X” que nos aparece en la pantalla junto al nombre del modo en uso.
Pero las funciones especiales no acaban ahí. Dentro del modo automático tenemos también varias opciones de disparo, estando todas en el borde superior. Algunas de éstas ya las vimos en la comparación de bokeh/modo retrato, pero las recordamos al hablar de nuevo de la interfaz dado que hay algún añadido:
- Fotos con movimiento: lo que hemos ido conociendo como live photos. Capturas de uno o dos segundos que quedan como fotos animadas. Funciona sólo hasta con 12 megapíxeles de resolución.
- Modo retrato: aquel “modo vertical” del P10 pasa a llamarse así en el Honor 9, pero las prestaciones son exactamente las mismas (grado de “belleza” y efecto artístico. Funciona sólo con 12 megapíxeles de resolución.
- Modo apertura: una apertura máxima forzada por software llegando a F/0.95 y a F/16. Funciona sólo con 12 megapíxeles de resolución.
Una vez aclaradas las posibilidades de las cámaras, veamos qué tal se portan en los distintos escenarios.
Así fotografía el Honor 9
En general las traseras del Honor 9 dan un buen resultado, destacando en escenas con iluminación media-alta o media y si recurrimos a las macros (muy bien aquí, incluso en contraluces a media luz). Con luz abundante y escenas de plano general tenemos unas fotografías con un color realista y buena dosis de detalle, con un buen comportamiento del enfoque.
El zoom “híbrido” 2x lo tendremos activado si preestablecemos el disparo a 12 megapíxeles, por lo que si solemos recurrir a esta herramienta nos compensará dejarlo así. Con un toque nos mostrará este 2x, con la opción de llegar al máximo si deslizamos (aunque en este punto tendremos pérdida de nitidez y ruido, por lo que más vale no abusar).
En interiores la cámara flojea, con una pérdida de nitidez acentuada incluso cuando se trata de una escena con luz abundante. Como vimos al probar el “modo vertical”, aquí el “modo retrato” y el de apertura también tienen una aplicación menos acertada, y aunque en ocasiones el disparo se salva lo mejor es hacer un doble disparo (normal y con el modo que queramos). Y si tiramos del de apertura quedarnos con un valor en torno a F/2.0 como mínimo y no bajar hasta F/0.95.
En las primeras impresiones nos quedamos con las ganas de exprimir estas cámaras sobre todo por la noche, dado que nos prometían que las mejoras se iban a notar sobre todo en estas situaciones. En la práctica hemos tenido sensaciones encontradas, obteniendo buenos disparos al ajustar manualmente (y usar trípode en la mayoría de estas ocasiones) y fotos mediocres con el modo automático, lo que nos transmite la sensación de que quizás hubiese valido la pena integrar un estabilizado óptico (lo tiene electrónico).
Cierto es que tolera bien la falta de iluminación, y que será cuando ésta es muy agresiva (luces cálidas intensas) o muy baja cuando obtengamos instantáneas muy ruidosas y con menos nitidez. El HDR puede ser una ayuda en estos disparos, compensando la exposición y sacando algo más de detalle. El que sufre aquí también es el zoom, sobre todo por invasión de ruido.
Comentar aquí, a colación de la abrumadora cantidad de opciones de las cámaras del Honor 9, que si queremos sacar mejores fotografías nocturnas y no nos importa emplear algunos segundos en ajustar el tipo de disparo, probablemente nos compense ir al modo manual en vez de al de “toma nocturna”.
El de “estelas de luz” da un resultado decente si buscamos esto específicamente sin complicarnos la cabeza (aunque mejor si no aguantamos la exposición muchos segundos), pero entre el de “aguas de seda” y ajustarlo nosotros mejor la segunda opción, dado que de este modo los bordes quedan más definidos.
En cuanto a los otros modos, el que destaca es el monocromo logrando unos disparos muy nítidos tanto a plena luz como en interiores, así como en disparo nocturno. Eso sí, siendo la característica estrella de la doble cámara quizás merecería su hueco entre los accesos directos del modo normal (“modo retrato” y demás).
Lo que no tiene una aplicación demasiado correcta son las panorámicas, hablando de las estándar (no las 3D). La interfaz y el mecanismo es similar al que vemos en los iPhones por ejemplo, pero aunque llevemos una velocidad de giro adecuada y no nos desviemos demasiado de la horizontal la fotografía suele salir cortada.
[[gallery: honor-9-fotografias]]
Vídeo: los modos invaden bajando la resolución, pero hay 4K
En cuanto al vídeo las tomas con buena luz salen bastante bien ya a 1080p (la resolución que lleva configurada de fábrica), notándose el trabajo de la estabilización electrónica si hacemos una captura menos estable, sobre todo con menos luz. El ruido invade la escena si recurrimos al zoom o en tomas nocturnas aunque estén bien iluminadas, aunque a media luz se defiende y el enfoque llega a obedecer incluso en contraluces y elementos en movimiento.
La grabación en 4K tiene algo más de definición, pero tiene la nitidez que esperábamos ni siquiera a la luz del día. Aquí sí se echa más en falta un estabilizador óptico para que acompañe a la resolución.
Añadir que el “modo de apertura” también está disponible en vídeo, pero que tanto éste como el de cámara lenta y rápida sólo podrán capturar a a 720p (la resolución se ajusta automáticamente al seleccionar el modo como ocurre con las fotografías. Y en el de “vídeo profesional” podemos ajustar manualmente la toma de luz, la exposición, el enfoque y el balance de blancos.
https://www.youtube.com/watch?v=ID533cHHkiM&feature=youtu.be
https://www.youtube.com/watch?v=5LEfAaKOuDc&feature=youtu.be
Cámara frontal: modo retrato también para los selfies
Para los disparos de fotografías subjetivas tenemos un sensor de 8 megapíxeles, nada de doble cámaras aquí (ni se echan en falta). Cabe recordar que también dispone de “modo retrato” con la posibilidad de añadir el toque artístico y regular el efecto “belleza” sobre el rostro, pero no lo que puede que no nos guste demasiado es que éstos estarán activados por defecto cada vez que abramos la cámara frontal.
Muy buenas instantáneas con luz abundante, con buen nivel de detalle y colores realistas tal y como ocurría con las cámaras traseras. Lo que es inconsistente incluso con buena iluminación es el desenfoque que aplica el “modo retrato”, en muchas ocasiones agresivo e irregular, y el ajuste de “belleza” es bastante exagerado, aunque esto depende más del gusto de cada uno (personalmente me parece demasiado artificial y era engorroso tener que desactivarlo cada vez que quería hacer un autorretrato).
Es una cámara que sufrirá más pronto la falta de iluminación, de hecho estando a la sombra cuando aún hay luz abundante será complicado acertar la toma de luz y que no salgamos completamente oscuros. El ruido aparece mucho antes que en las cámaras traseras, empezando a ser notable a media luz (atardecer/amanecer) y de noche se añade una notable pérdida de nitidez. No obstante, tratándose de la cámara frontal esto era relativamente esperado, quizás no en tal grado pero no lo consideramos negativo en exceso.
Sonido: sin temor al volumen máximo
Parece que posicionar el altavoz en el borde inferior (en la base) se asienta como tendencia, lo cual nos alegra a quienes no nos gustaba nada aquello de ubicarlo en la parte trasera (con las consecuentes ranuras en la carcasa para la salida del sonido). Aunque en realidad hay una emisión de sonido también por el auricular, complemento que veíamos en el P10 y que ayuda a que la audición sea más plena (en podcasts, por ejemplo, tenemos un refuerzo de la voz o los graves).
La calidad es más que aceptable, sin destacar por encima de todo lo existente pero aguantando bien la subida a volumen máximo. Aquí es probable que hayan optado por la cautela y no sacrificar la calidad por añadir decibelios, registrando un máximo de 96 decibelios, lo cual se traduce a un volumen máximo discreto.
No significa que suene demasiado flojo, probablemente no echemos en falta más volumen, pero suena algo menos que otros terminales. Al menos mantiene la calidad, la cual también conserva si optamos por auriculares o altavoces conectados al jack o Bluetooth (siempre mejora un poco en caso de auriculares y ésta no es una excepción).
Autonomía: gracias, USB tipo-C, gracias carga rápida
Aunque en ciertos aspectos dejamos los números más a un lado, el volumen de la batería y los miliamperios/hora son determinantes en la autonomía del terminal (junto con el software y el rendimiento) y en el Honor 9 tenemos 3.200 mAh en esos 7,45 milímetros de grosor. ¿Suficientes? Sí, pero quizás demasiado justos.
Con un uso medio tirando a intensivo (ratos de reproducción multimedia y consulta puntual a redes sociales), el Honor 9 nos aguanta el día, sobre todo si estamos bajo conexión wifi. Si tiramos de cámara la autonomía se verá reducida de manera más llamativa, de modo que si pensamos pasarnos varios ratos tomando fotografías quizás nos compense llevar una batería externa o el cargador para un aporte extra (que nos pedirá por la tarde, bastante antes de acabar el día).
No obstante, la media de autonomía es buena dando unas trece horas de uso activo sin cortarnos demasiado ni estar pendientes del consumo. Y la carga rápida es un punto muy, muy positivo (algo que debería ser condición sine qua non en todo terminal), tardando 1:50 horas en completar una carga (de 0 a 100% con el móvil apagado), empezando con un ritmo bastante ligero que permite tener un 40% de carga en los primeros cuarenta minutos.
El cargador que incluye el teléfono en el pack soporta dicha carga. Y el USB tipo-C es siempre de agradecer, no sólo por la carga rápida, sino por la comodidad al conenctar el cable.
Honor 9, la opinión de Consultores-TIC
Sorprender, doblar, brillar y ajustar. Cuatro propósitos nada fáciles en el tan exigente mercado del smartphone que en Honor han decidido poner en la quiniela de la gama alta, con titanes que casi nacen para estar en lo más alto por linaje y contra los que hay que luchar sí o sí si se aspira a esta esfera más elevada.
¿Sorprende el Honor 9? En parte. El diseño experimenta cambios notables al variar la ubicación del sensor y optar por esos acabados brillantes, pero el frontal no ha podido evolucionar probablemente por esto.
¿Merece la pena la doble cámara? El Honor 8 ya sacó pecho con la doble cámara, pero esta vez hay algo más de fundamento para integrarla al tener un sensor monocromático. No es una novedad a nivel de mercado, pero da más sentido a la apuesta, y no hay que olvidar la discreción con la que han logrado insertar ambas lentes, sin bordes ni protuberancias.
¿Brilla? Físicamente lo hace, es innegable, y en la experiencia tiene puntos que lo hacen destacar como la fluidez que experimentamos pese a esa invasiva capa y que no teníamos la versión de 4 GB de RAM.
¿Se ajusta el precio? Hablamos de 449 euros. Son 50 euros más que el Honor 8 a su salida, más o menos justificados si tenemos en cuenta la actualización a nivel de hardware y lo que se inflan los precios de manera anual. Pero son, sobre todo, 200 euros menos que el Huawei P10 en su salida y algo más de diferencia con otros teléfonos de alta gama como los de Samsung, por lo que supone una opción más asequible con una configuración similar.
Lo que más nos gusta del terminal es que la experiencia es muy buena en cuanto a fluidez del sistema, sin lags ni demasiadas pegas que suelen ser inherentes a las capas de personalización. Pero la sombra de Huawei en el software empobrece estas buenas sensaciones con apps propias y ajenas, y el calentamiento nos recordará constantemente que no estamos llevando un terminal de plástico.
Se echa en falta la resistencia al agua (IP67 ó 68), no como exigencia pero sí por comparación y por el hecho de intentar igualar la oferta de la competencia en cuanto a características de moda. Bien aquí el haber mantenido la inclusión de la doble cámara, aunque parece que tenga más tirón (o visibilidad) la aplicación por la que apostaron en Apple (el desenfoque y el teleobjetivo).
En cuanto a la fotografía, proporcionar un surtido abanico de opciones cubre al fabricante en cuanto a que por su parte es una oferta cuantitativamente mayor que, sobre todo, las propuestas más escuetas (como la de los Pixel). Pero cualitativamente no siempre es superior, dado que en este caso quizás sea demasiado e incluso gustándonos la fotografía al final acabamos olvidándolas.
8.2
A favor
- La fluidez del software: si obviamos la personalización en cuanto a interfaz la experiencia se acerca a un Android sin añadidos.
- La pantalla cumple en cuanto a resolución quedándose en FullHD, y podemos ajustar la temperatura de los blancos a nuestro gusto.
- La carga rápida y el USB tipo-C.
- No es un terminal grande y es cómodo.
En contra
- Es un imán de huellas: no apto para maniáticos y escrupulosos con las huellas dactilares.
- La cámara tiene demasiadas opciones: al final resulta confuso y se acaba por no recurrir a ninguno.
- Llevar el lector delante significa no poder sacar más partido del frontal.
- La batería algo justa.
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Honor. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
En este artículo han colaborado Pedro Santamaría y Jesús Maturana con la realización del vídeo.
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