Hacía tiempo que Apple no nos sorprendía con un anuncio hardware, pero en este WWDC 2017 hemos podido conocer al nuevo integrante de la familia de ordenadores de sobremesa de este fabricante: el iMac Pro parece llegar como respuesta a todas las dudas y críticas que se le estaban haciendo a Apple recientemente.
Sobre todo con uno de los grandes olvidados de Apple, ese Mac Pro que lleva más de tres años sin renovarse. Lo hará en el futuro con un diseño renovado y una apuesta por la modularidad, pero no hay fechas claras, algo que convierte al iMac Pro en una excelente forma de poder tranquilizar a los usuarios más exigentes… aunque lo haga con un problema claro.
Mac Pro y el principio de las dudas sobre la capacidad de Apple
Cuando Apple presentó el Mac Pro, lo hizo con una apuesta que sorprendió por su diseño pero que acabó afectando a su propia validez como equipo de alta gama: de repente el Mac Pro quedó relegado a un extraño segundo plano a medida que pasaba el tiempo.
Este equipo de altos vuelos se convirtió en un ejemplo clásico de dos cosas en Apple: por un lado, la atención a los detalles de un diseño fantástico. Por otro, los sacrificios que teníamos que hacer para disfrutar de esos detalles.
Al principio pocos intuyeron esos sacrificios, pero con el paso del tiempo se hizo evidente que ese diseño hacía difíciles las actualizaciones hardware. El Mac Pro se quedó sin renovaciones de sus especificaciones un año tras otro, algo que unido a las críticas por el MacBook Pro hizo que muchos dudaran de la estrategia de Apple en sus equipos de sobremesa y portátiles.
¿Por qué un iMac Pro ahora?
Los últimos meses han sido especialmente extraños para Apple, una empresa que parecía no poder hacer nada mal sacara lo que sacase al mercado. Los Mac Pro y los nuevos MacBook Pro plantearon dudas al respecto, y Apple parece haber reaccionado. La pregunta es si lo ha hecho precisamente como consecuencia de esas críticas.
En primer lugar, con ese anuncio de la prometida renovación de los Mac Pro que llegarán con un diseño totalmente distinto en el que la modularidad será absoluta protagonista. Aquí los más críticos volvían (volvíamos) a plantear dudas: sin fechas ni datos concretos, esos nuevos Mac Pro no son más que vaporware.
En segundo, sin duda, con este iMac Pro que concede un respiro a todos los que le pedían a Apple una máquina más ambiciosa para sus ‘heavy users‘. El equipo tendrá un precio alto y partirá de los 4.999 dólares, pero si los usuarios necesitan esa potencia con componentes de última generación, tendrán la opción de poder conseguirla, algo que hasta ahora se les había negado.
En realidad hay una tercera pata de este anuncio: la llegada del soporte nativo para las tarjetas gráficas externas (eGPUs) que llega en macOS High Sierra y que permitirá conectar cajas con una fuente de alimentación y una (o varias) gráficas dedicadas a cualquier Mac que tenga un puerto Thunderbolt 3. De nuevo parece como si este soporte hubiese llegado justo a tiempo para acallar las críticas de ese “poco cariño” que Apple le estaba dando a sus usuarios más exigentes.
De hecho estas novedades también permiten a Apple adentrarse oficialmente en el campo de la realidad virtual. Por primera vez vimos a los responsables de la compañía elogiar las posibilidades de esta tendencia que ahora se podrá aprovechar en diversos equipos de la empresa, pero que sobre todo se potenciará en los nuevos iMac, el iMac Pro y en esos equipos con eGPUs que ganarán mucho en prestaciones gráficas. Todo buenas noticias… o casi.
Las malditas ampliaciones
Precisamente ese prodigioso diseño del Mac Pro condenaba un apartado fundamental para muchos profesionales y usuarios exigentes: la posibilidad de actualizar sus equipos con ampliaciones en diversos apartados.
Aquel ordenador ha hecho imposible que sus usuarios se adapten a los nuevos tiempos y se ha quedado anclado en el pasado. Tanto es así que hoy en día hay muchos equipos mucho más económicos que superan de largo la potencia que puede darnos un Mac Pro. Afortunadamente el iMac Pro volverá a ofrecer una alternativa válida a los maqueros más exigentes, pero aquí Apple ha vuelto a cometer el mismo error del pasado.
Como sucede con los iMac convencionales, esa capacidad de actualizar el equipo quedará muy limitada, y aunque habrá que confirmar esos datos cuando estos iMac Pro aparezcan en escena, es probable que solo podamos ampliar la memoria RAM, como sucede con los iMac actuales.
Es cierto que el nuevo iMac Pro dispone de opciones de configuración suficientes para cubrir las necesidades de virtualmente cualquier usuario actual —otra cosa es el precio de esas configuraciones—, pero el problema es el mismo que teníamos con el Mac Pro: tendrás que acostumbrarte a esa configuración, porque no podrás mejorarla con el paso de los años, algo por lo que precisamente muchos han acabado criticando al Mac Pro.
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