Hasta no hace mucho la batalla por el silencio parecía perdida en PCs y portátiles. Los modelos que aparecían con sistemas de refrigeración pasiva —sin ventiladores o fanless— eran modestos en prestaciones, pero eso ha ido cambiando, y el nuevo Surface Pro demuestra que los portátiles y convertibles sin ventiladores pueden ser una fantástica alternativa en la que además ya no sacrificamos potencia de proceso.
No es el primero en lograr mantener a raya las temperaturas de los procesadores más potentes sin necesidad de ventiladores tradicionales, pero desde luego es un ejemplo destacado de esa victoria contra el ruido. ¿Podremos decir adiós de una vez por todas a los bufidos en nuestros portátiles?
La guerra por el silencio
La clave de lograr equipos totalmente silenciosos consiste en contar con eliminar ruidos mecánicos como los generados por los ventiladores o las unidades de disco duro tradicionales.
En el caso de los discos duros la llegada de los SSD hizo posible ganar no solo en prestaciones sino en la ausencia total de ruido, mientras que para evitar los ventiladores la ecuación era otra: era necesario sustituir los ventiladores convencionales por sistemas de refrigeración pasiva (disipadores) y/o sistemas de refrigeración líquida.
La refrigeración líquida es una de las alternativas más claras en el segmento de los PCs de sobremesa, pero en ellos la idea no es tanto reducir el ruido —contribuyen a ello, desde luego, aunque no lo elilminan— como lograr poder mantener temperaturas a raya incluso si se fuerzan componentes como la CPU o la GPU.
Procesadores más eficientes contra el ruido
En portátiles la cosa cambia: la ausencia de una GPU dedicada en muchos modelos hace que evidentemente perdamos en materia de rendimiento gráfico, pero para usuarios que no necesitan esa prestación el trabajo de disipar el calor generado “solo” por la CPU era más asumible. Ahí es donde entran los sistemas de refrigeración pasiva, que combinadas con un procesador de bajo consumo podían dar la respuesta a esa necesidad.
Hasta no hace mucho solo los microprocesadores más modestos permitían acceder a portátiles y convertibles fanless. Eso los hacía atractivos por la ausencia de ruidos, pero también complicaba su papel como equipos todoterreno por esas prestaciones recortadas.
Todo ha cambiado gracias a la evolución de unas tecnologías de fabricación que han logrado reducir las escalas litográficas a márgenes increíbles. Los modernos Kaby Lake fabricados con tecnología de 14 nm son una iteración aún más eficiente de los Skylake (también con esa escala de integración de 14 nm), y su lanzamiento ha permitido contar con micros ultraeficientes que no obstante ofrecen prestaciones notables.
Es el caso de toda la gama de micros Core i3, i5 e i7 de bajo consumo que cuentan con TDPs máximos de 28W pero que en muchos casos —y son esos los que eligen los fabricantes de equipos fanless— tienen TDPs máximos de 15W e incluso inferiores. Con esas cifras sí es posible buscar sistemas de refrigeración silenciosos, como se ha hecho con los Surface Pro y con otros muchos que han dado ese paso antes de hacerlo Microsoft.
El Acer Alpha Switch como ejemplo de esa generación fanless
La aparición de los Surface Pro destacaba por varios apartados, pero uno de los más notorios era la posibilidad de contar con modelos fanless incluso en la configuración con los nuevos Intel Core i5 de la familia Kaby Lake.
Este es un logro que otros habían alcanzado hace tiempo también e incluso lo han superado: los Acer Alpha Switch 12 presumían de equipos ultrasilenciosos no solo ya con los Core i5, sino incluso con los Core i7 que ofrecen una potencia de proceso fantástica.
Para lograrlo cuentan con ese singular sistema llamado LiquidLoop, una tecnología de refrigeración que se encarga de expulsar el calor generado en el interior del equipo sin necesidad de ventiladores que giran o rejillas de ventilación.
LiquidLoop consiste en un sistema de refrigeración pasiva basada en las llamadas heat pipes que transfieren el calor generado en el procesador a través de un conductor térmico. Esas “tuberías” conducen el calor y circuito hace que el bucle (de ahí lo de ‘loop’) del líquido evaporado y condensado mantenga las temperaturas a raya.
Portátiles y convertibles ninjas
La avalancha de equipos que nos hacen olvidar los ventiladores es cada vez más interesante. Aunque es cierto que algunos modelos algo más antiguos cuentan con microprocesadores modestos que no son adecuados para quien busque prestaciones, estamos asistiendo a un impulso importante de esta categoría.
Acer es sin duda protagonista en esa búsqueda del silencio. Tenemos convertibles como los Acer Spin 7, portátiles al uso como los Acer Swift 7 y por supuesto los mencionados Acer Aspire Switch Alpha 12. Asus es otra de las clásicas en este mercado: los Transformer Book Chi T300 o los Zenbook UX305 son un buen ejemplo.
También los grandes fabricantes “occidentales” se han apuntado a la tendencia. HP cuenta con los EliteBook Folio G1 o los Spectre X2 12 como modelos “premium”, pero también con modelos de bajo coste como el HP Stream 13.
Los Lenovo Miix 710, los Yoga 900S compiten también este segmento, como lo hacen los Samsung ATIV Book 9 (NP930X2) o, cómo no, los Chromebook 2 de este fabricante.** Y no olvidemos aquí a Apple**, cuyo MacBook precisamente presumía de esa ausencia total de sistemas de ventilación tradicional.
Como podemos ver, la oferta es amplia y destacable tanto si uno busca precio ajustado como si aspira a tener unas prestaciones serias. Es cierto que este tipo de configuraciones son inviables (de momento) en portátiles de gaming, pero la búsqueda del silencio avanza. Los ventiladores son de hecho cada vez más silenciosos gracias a nuevos diseños, así que nuestros oídos están de enhorabuena.
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