El nivel de calidad de grabación de vídeo de los mejores smartphones (hasta 4K, 60 fps y altas tasas) hace que cada vez sean más los usuarios, tanto a nivel personal como profesional, que recurren a ese dispositivo como elemento principal de grabación de vídeo.
Si estás pensando en usar tu teléfono móvil para grabar vídeo de una manera más seria, quizás te convenga comprar un estabilizador de vídeo o gimbal. Te contamos cómo funcionan estos accesorios, en qué debes fijarte antes de comprar uno y los mejores modelos que puedes conseguir ya.
Qué es y cómo funciona un estabilizador de vídeo para móvil
Pese a que nuestro smartphone cuente con estabilización óptica (OIS), conseguir una imagen fluida y sin movimientos bruscos en determinadas escenas o para tareas más serias no es posible. Además, ese sistema no permite apuntar siempre a un punto fijo. Para reducir esa limitación a la hora de grabar vídeo están los estabilizadores, cada vez más populares entre los usuarios.
Un estabilizador de vídeo o gimbal es básicamente un sistema electro-mecánico cuyo objetivo principal es contrarrestar las vibraciones y/o el movimiento indeseado que se produce en la cámara al movernos con el smarpthone mientras grabamos, y suavizar el movimiento general de la cámara.
Los más sencillos y económicos funcionan exclusivamente de manera mecánica usando sensores como el giroscopio, y absorbiendo los movimientos bruscos. No son los que buscamos.
Nuestro objetivo es conseguir mucho más a nivel creativo y con un toque cinematográfico. Los más completos son los que incorporan parte electrónica, basados habitualmente en tres ejes de estabilización, cada uno controlado por un motor.
Los diferentes sensores del sistema (IMU, acelerómetros, giroscopios …) generan una señal con el más leve movimiento de cada uno de esos ejes. La información es analizada por el procesador del estabilizador, el cual envía la orden correspondiente a los motores que correspondan y sean necesarios para mantener el sistema estabilizado o reducir vibraciones y movimientos indeseados. Incluso con condiciones exteriores desfavorables.
Los estabilizadores que cuentan con electrónica y motores admiten más usos que no se limitan a mantener el smartphone grabando en una posición fija aunque nos movamos. De forma programada o manual, con los controles físicos podemos realizar movimientos de rotación independientes o complementarios a los que físicamente nosotros estemos haciendo, y eso da unas posibilidades creativas asombrosas.
Qué mirar a la hora de comprar un estabilizador de vídeo para smartphone
Bajo una apariencia bastante similar, hay algunos apartados que debemos tener muy presentes y valorar antes de lanzarnos a escoger un estabilizador para nuestro smartphone.
Tamaño y peso del smartphone
Aunque la mayoría de estabilizadores se adaptan fácilmente a diferentes tamaños de pantalla, conviene asegurarse de la diagonal o dimensiones máximas, sobre todo en aquellos casos en que contemos con un teléfono tipo phablet. Y no nos podemos olvidar de que los sistemas de estabilización están pensados para usar con un peso máximo.
Ya que se trata de una inversión considerable, lo mejor sería optar por un modelo que podamos usar tanto con un smarthone como con nuestra cámara de acción o incluso compacta.
Ángulos límite
En el apartado técnico y de cifras, hay que observar los ángulos límite de cada tipo de movimiento estabilizado: panorámico, inclinación y roll o alabeo. Esos ángulos pueden referirse al margen controlable de forma robótica o simplemente al apartado mecánico y de movimiento que es capaz de estabilizar. Pueden venir indicados en ángulos totales o en margen de trabajo, y cuánto mayores sean, más posibilidades.
Es también importante conocer la velocidad de movimiento máxima (en ángulo por segundo) que admite nuestro estabilizador.
Número de ejes de estabilización y tipos de motor
En la gama de consumo no debemos exigir menos que sistemas de estabilización de 3 ejes. En cuanto a los motores, lo mejor es que sean sin escobillas y que el procesador no baje de 32 bit.
Controles
Contar con los controles integrados en el estabilizador va a permitir que, una vez enlazado el smartphone, el disparo o incluso el zoom si lo tuviera, podrá ser controlado sin tocar el teléfono. También ahí tendremos el joystick que permitirá movimientos robotizados en los mejores modelos, al tiempo que se sigue estabilizando el que hacemos nosotros.
Si además el fabricante cuenta con una aplicación, ésta puede servir para configurar las opciones del estabilizador de forma más intuitiva así como añadir funciones extra como un seguimiento de rostros u objetos. E incluso añadir controles manuales a las funciones de vídeo y foto accesibles desde el propio gimbal.
Hay modelos cuyo joystick principal puede configurarse e incluso algunos con mando a distancia para realizar movimientos una vez colocado en un trípode.
Construcción
Que pueda desmontarse y transportarse cómodamente y de forma compacta es otro punto a tener en cuenta. También el material de construcción, que disponga de funda de transporte, el material de recubrimiento de la empuñadura y por supuesto el peso. Si cuenta con conexión para trípode estándar, mucho mejor porque amplía sus posibilidades. Y si son más de una, perfecto para ir añadiendo diferentes accesorios y elementos.
Calibración
Un paso importante en el uso del estabilizador es la calibración tras cambiar de dispositivo. La mayoría de estabilizadores ya vienen listos para usar nada más colocarle el smartphone, con autocalibración, o con ayuda de software.
Modos de trabajo
La estabilización no significa que siempre queramos mantener el smartphone fijo. Manteniendo movimientos naturales y sin vibraciones, los modos de trabajo nos permiten más creatividad.
Lo habitual es que el gimbal disponga de al menos modos de uso en vertical y horizontal (ideal que cambie automáticamente entre ellos), así como el modo de bloqueo que hace que la cámara siempre apunte a un punto fijo aunque movamos el gimbal, o el modo de seguimiento, en el cual la cámara seguirá el movimiento de nuestra mano e irá corrigiendo los giros.
También hay modelos que añaden modos específicos para invertir la cámara y tomar planos a ras de suelo con comodidad, o planificar panorámicas de hasta 360 grados simplemente tocando un botón.
Autonomía
Como cualquier otro dispositivo electrónico, un gimbal necesita alimentación para que pueda funcionar el motor y los diferentes sistemas electrónicos. Habrá que prestar atención a la autonomía que ofrece cada modelo.
Lo habitual será encontrar estabilizadores con batería integrada y recargable de forma directa , y en los mejores modelos también podremos añadir pilas para situaciones en que no es posible recargar la batería (o que ésta sea extraíble e intercambiable) y necesitamos autonomía para largas sesiones de grabación. En muchos de los casos, el gimbal es capaz de alimentar también el smarpthone o cámara mientras lo estamos usando.
Accesorios
Si tienes pensado llevar la grabación de vídeo mucho más allá a nivel creativo, echa un vistazo a los accesorios disponibles (como trípodes o extensores) tanto de la propia marca como de terceros que sean compatibles. Hay modelos que permiten añadir adaptadores para cámaras de acción.
Los siete mejores estabilizadores de vídeo para móvil
Si has acabado convencido de que para tus vídeos y creaciones multimedia tienes que comprar un gimbal o estabilizador con el que subir el nivel, aquí tienes la selección de modelos que hemos hecho para vosotros.
DJI Osmo Mobile
El gran fabricante de drones (y sistemas de estabilización), tiene varias versiones para cámaras de acción y smarpthones. El modelo específico para tu teléfono móvil es el Osmo Mobile (325 euros), con cuatro modos de uso, sistema de tres ejes, tecnología de seguimiento y una app con la que, entre otras cosas, poder hacer streaming de vídeo.
Zhiyun Smooth-C
El gimbal Smooth-C de Zhiyun es una de las mejores soluciones en relación calidad/precio. Cuesta 219 euros y permite un movimiento panorámico de 360 grados (Tilt de 320 y roll de 270 grados). Incluye dos baterías extraíbles con hasta 5 horas de autonomía.
De la misma compañía hay modelos también de tres ejes más asequibles, como el Z1 por menos de 200 euros.
Feiyu SPG Plus
Si necesitas estabilidad máxima y comodidad de uso, el Feiyu SPG Plus dispone de doble agarre y admite teléfonos de hasta 200 gramos de peso. También funciona con cámaras GoPro. Cuenta con tres ejes de estabilización, modos de bloqueo y seguimiento (además del vertical y horizontal automáticos), y es ideal para un nivel más profesional tanto por autonomía (8 horas) como por la posibilidad de incluir accesorios gracias a los cinco soportes de tornillo de 1/4 de pulgada. Es de los más caros: 425 euros.
LanParte HHG-01
Este gimbal de LanParte es un modelo de estabilizador polivalente, que podemos usar tanto con smartphones como con una cámara de acción, aunque para teléfonos de gran tamaño hay que acoplar contrapesos. Cuenta con sistema de estabilización de 3 ejes y batería extraíble. Cuesta sobre los 212 euros.
EVO SP-Pro
De los estabilizadores o gimbals exclusivos para smartphones, este modelo de EVO es de los más completos. Prácticamente ofrece movimiento ilimitado, con 360 grados panorámicos y hasta 320 grados en modos de inclinación y alabeo (roll). Si queremos podemos usar también cámaras compactas de hasta 650 gramos. Destaca también por autonomía (4 horas con una carga), aplicación y procesador incluido. Su precio es de 330 dólares.
Feiyu G4 Pro
El modelo más avanzado para smatphones y a un precio no muy alto. El G4 Pro de Feiyu deja al usuario la libertad de realizar panorámicas estabilizadas de 360 grados completos, usando el joystick. La batería dura 4 horas y el alabeo puede ser de hasta 100 grados. Es de uso exclusivo para smartphones de Apple.
Este modelo sale por 209 euros.
SolidLUUV
Este estabilizador clásico usa motores para reducir las vibraciones y lo basa todo en la estabilización mecánica de tres ejes. Su ventaja es que admite equipos de hasta 500 gramos, que es resistente a la lluvia y que no requiere baterías. No es barato: 289 euros.
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