Catacrac. Apple anunciaba una revisión de sus estimaciones para el primer trimestre del año: iban a vender menos de lo esperado, y eso provocaba un tumulto en sus acciones, que cayeron ayer un brutal 9%.
Eso desataba todo tipo de debates, y entre las propuestas para ayudar a remontar el camino estaba la de quienes defendían que era el momento de que Apple bajara el precio de los iPhone. Dudamos que eso ocurra nunca, porque en la última década la empresa nunca lo ha hecho: los mantuvo durante cierto tiempo, pero últimamente esos precios no hacen más que subir.
La evolución de precios del iPhone habla por sí sola
Apple no es precisamente famosa por ofrecer productos a precios económicos, y eso se ha hecho especialmente patente en los últimos tiempos con los iPhone.
Los smartphone de Apple se han convertido en un referente para un mercado que lleva inspirándose en estos móviles desde que el modelo original llegó en 2007, y en Cupertino han sabido ir realizando iteraciones que hacían del iPhone un producto cada vez más capaz pero también cada vez más exclusivo por precio y prestaciones.
La política de precios de Apple en cuanto al iPhone ha sido inamovible: (casi) nunca han bajado de precios de una generación a otra ni ha rebajado el precio de un iPhone en el mercado antes de que se cumpliera un año de vida desde su aparición.
El “casi” se debe a que en realidad lo hicieron una vez: en nuestro análisis nos referíamos al precio de lanzamiento de cada modelo, pero Apple acabó rebajando el iPhone original desde los 599 a los 399 dólares unos meses después.
Ha habido pequeñas anomalías en esa política. La primera, la aparición de los iPhone 5C que sí tenían un precio inferior al de sus predecesores, los iPhone 5, pero en realidad eran algo así como un “refrito” de aquellos. Ocurrió también algo parecido con el iPhone SE, ese modelo compacto que se presentó en marzo de 2016 y que tuvo un precio de salida de 499.
La otra anomalía ha ocurrido con el mantenimiento del precio de partida para su modelo base. Ocurrió con el iPhone 5, el iPhone 5S y el iPhone 6: todos tuvieron un precio de partida de 699 euros.
A partir de ahí Apple desdobló su catálogo con los modelos “s” y fue incrementando el precio de forma más o menos sensible. Con cada nuevo anuncio llegaba una rebaja en los modelos de años anteriores —nuestro análisis de cómo descienden los precios con el tiempo lo dejaba claro—, cierto, pero incluso en esos casos los “iPhone del pasado” seguían teniendo precios elevados.
Apple | Fecha de presentación | Precio | Precio ajustado a la inflación |
---|---|---|---|
iPhone | Junio 2007 | 499 dólares | 450,77 euros |
iPhone 3G | Junio 2008 | 599 dólares | 469,67 euros |
iPhone 3GS | Junio 2009 | 599 dólares | 489,14 euros |
iPhone 4 | Junio 2010 | 599 euros | 674,48 euros |
iPhone 4S | Octubre 2011 | 629 euros | 692,90 euros |
iPhone 5 | Septiembre 2012 | 699 euros | 749,43 euros |
iPhone 5C | Septiembre 2013 | 599 euros | 628,31 euros |
iPhone 5s | Septiembre 2013 | 699 euros | 733,20 euros |
iPhone 6 | Septiembre 2014 | 699 euros | 727,06 euros |
iPhone 6 Plus | Septiembre 2014 | 799 euros | 831,07 euros |
iPhone 6s | Septiembre 2015 | 749 euros | 780,44 euros |
iPhone 6s Plus | Septiembre 2015 | 859 euros | 895,06 euros |
iPhone SE | Marzo 2016 | 499 euros | 518,74 euros |
iPhone 7 | Septiembre 2016 | 909 euros | 944,95 euros |
iPhone 7 Plus | Septiembre 2016 | 1.019 euros | 1.059,30 euros |
iPhone 8 | Septiembre 2017 | 809 euros | 831,41 euros |
iPhone 8 Plus | Septiembre 2017 | 919 euros | 944,46 euros |
iPhone X | Septiembre 2017 | 1.159 euros | 1.191,11 euros |
iPhone XS | Septiembre 2018 | 1.159 euros | 1.175,17 euros |
iPhone XS Max | Septiembre 2018 | 1.259 euros | 1.276,56 euros |
iPhone XR | Septiembre 2018 | 859 euros | 870,98 euros |
El incremento, no obstante, fue especialmente pronunciado en 2017 con el lanzamiento de los iPhone X (1.159 euros), que a su vez sirvieron como nuevo punto de inflexión para una política de precios que ha vuelto a poner a prueba a los consumidores con los iPhone XS que sí mantuvieron el precio de los X, los iPhone XS Max (1.259 euros) y esos iPhone XR (859 euros) que aunque parezca mentira son los “iPhone económicos” de Apple.
Así ha ido subiendo el precio de los smartphones hasta pretender cobrarnos más de 1.000 euros
Apple no ha sido la única en subir los precios, y de hecho la mayoría de grandes fabricantes se han aplicado el cuento: si Apple puede hacerlo, nosotros también.
Google, Samsung, Huawei o LG ofrecen desde hace tiempo modelos tope de gama que superan la barrera de los 1.000 euros, algo que parecía impensable no hace mucho y que de repente se ha convertido en la norma si uno quiere lo más de lo más.
Es la era de los móviles de gama súper alta en los que diseño y prestaciones son máximas, sobre todo cuando uno quiere lo mejor de lo mejor en el terreno de la fotografía móvil.
El iPhone tocando techo
En Apple el resultado de esa estrategia ha sido desde luego muy efectivo para sus arcas: el margen de beneficio del iPhone es la envidia del mercado y ha permitido a Apple seguir contar con unos ingresos arrolladores trimestre tras trimestre. Han sacado buen provecho de esta particular gallina de los huevos de oro, pero parece que a esa gallina se le va acabando el fuelle.
La primera señal evidente de ese cambio la tuvimos en noviembre de 2018. Apple presentaba unos resultados financieros de récord, con unos ingresos de 62.900 millones de dólares y unos beneficios de 14.200 millones de dólares.
El problema no era ese: el problema era que las ventas del iPhone habían descendido. No ayudó que los nuevos modelos apareciesen algo más tarde, pero en Apple acompañaron ese anuncio de otro más preocupante para los analistas: la firma dejaría de dar datos sobre unidades vendidas de sus dispositivos. Lo importante son los ingresos totales, afirmaba Cook, no cómo se reparten de forma específica.
Para muchos ese anuncio ocultaba otro mensaje: el de Apple asumiendo que habían tocado techo en cuanto a unidades vendidas del iPhone. El crecimiento de las ventas de iPhone lleva tiempo cerca del 0%, pero los ingresos, como muestra la gráfica, no paran de crecer.
La madurez del mercado de los smartphone no es algo que afecte solo a Apple, y de hecho la empresa sigue vendiendo un número prodigioso de terminales a estas alturas. Y sin embargo es cierto que en Apple parece pesar algo más, algo que hizo que la empresa pusiese buena parte de sus esperanzas a corto plazo en los gigantes asiáticos, sobre todo en China.
Cook precisamente hablaba de ese país como causa importante de que sus estimaciones se hayan revisado a la baja: en China la economía está entrando en crisis y las ventas allí han estado por debajo de lo que estimaban en Apple: su crecimiento dependía en buena parte de estos usuarios, pero los consumidores chinos no tienen la capacidad que tenían antaño.
En China —país que Apple no consigue domar— ocurren otras cosas: los usuarios están dejando de apostar por Apple, y en los últimos trimestres la firma se ha desinflado gradualmente mientras que otros como Huawei, Xiaomi, Vivo u Oppo crecen de forma significativa (y no solo en China, sino en todo el mundo). Estas empresas ya le han robado la cartera (un poco) a Samsung, y ahora parecen estar decididas a hacer lo propio con Apple.
No ayuda desde luego esa guerra comercial que Estados Unidos mantiene con China desde hace meses. La persecución a empresas como ZTE o Huawei —sea legítima o no— no debe haber sentado demasiado bien en el gigante asiático, que parece estar apostando más que nunca por “producto nacional”, que además de ser más barato es ya tan bueno o mejor que el de fuera. Y si no, que se lo digan al Mate 20 Pro, que ganó el premio al mejor smartphone de gama súper alta en nuestros Premios Consultores-TIC 2018.
El precio del iPhone no tiene la culpa de lo que ha pasado (o sí)
Para algunos analistas el problema de Apple con los iPhone no son los iPhone en sí, sino su precio. En VentureBeat hablaban de cómo Tim Cook debía aprovechar el momento para tomar una decisión y rebajar el precio de los iPhone. “Es la razón principal de los problemas más serios de Apple, y como cualquier economista podrá explicar, es fácil de solucionar: bajar los precios hace que más gente compre lo que vendes“, explicaba el redactor.
Pero eso no va a ocurrir. No al menos si uno mira al pasado del iPhone como hemos hecho. El smartphone de Apple jamás ha bajado de precio, así que, ¿por qué lo iba a hacer ahora? ¿Para vender más unidades? No tiene demasiado sentido si los ingresos (y los beneficios) no paran de crecer.
A Apple le sigue yendo muy bien con esa estrategia y esa imagen de exclusividad de sus dispositivos, y renunciar a ello no parece factible para una empresa que ha conseguido lo que ninguna otra en el mundo tecnológico: que sus productos , más allá de ser mejores o peores, se conviertan en un símbolo de estatus.
Puede que el precio sí sea un problema para las ventas de los iPhone, pero no es el único. El propio Tim Cook reconocía que poder sustituir la batería de forma sencilla, rápida y barata se ha convertido en un factor que hace que los usuarios conserven más tiempo sus viejos iPhone. Como él mismo afirmaba en su mensaje:
Aunque China y otros mercados emergentes representaron la mayor parte de la caída de los ingresos de iPhone año tras año, en algunos mercados desarrollados las actualizaciones de iPhone tampoco fueron tan fuertes como pensábamos que serían. Si bien los desafíos macroeconómicos en algunos mercados fueron un factor clave que contribuyó a esta tendencia, creemos que hay otros factores que influyen ampliamente en el rendimiento de nuestro iPhone, incluyendo la adaptación de los consumidores a un mundo con menos subsidios de operadores, los aumentos de precios relacionados con la fortaleza del dólar estadounidense y algunos clientes que se aprovechan de la reducción significativa de los precios de los reemplazos de baterías para iPhone.
El CEO de Apple lo menciona casi de pasada, pero resulta que ese programa de sustitución de baterías podría haber sido más importante de lo que parece. De repente los iPhone 6 (y otros modelos anteriores a los actuales) son “suficientemente buenos” para los usuarios de Apple gracias a esa autonomía renovada, y ciertamente parece que ese factor ha ayudado a que los ciclos de renovación de los iPhone se alarguen.
Sin embargo también menciona los precios, aunque sea de forma indirecta. La fortaleza del dólar y esa falta de subsidios son algo así como reconocer indirectamente que, efectivamente, los iPhone son caros. Seguro que muchos recordaréis que lo normal hace años era pagar iPhone a plazos como parte del contrato con una operadora, pero esas políticas ya son minoritarias en España y muchos otros países, y el impacto para los bolsillos es más significativo ahora que uno a menudo paga de golpe esos 1.000 euros que cuestan estos dispositivos.
Alternativas: Apple como empresa de servicios (y accesorios)
Como venimos sosteniendo a lo largo de todo el artículo, no parece probable que esta “crisis” desemboque en una reducción del precio de los iPhone, aunque será interesante ver qué hacen en septiembre cuando presenten los nuevos modelos.
Apple, no obstante, tiene margen de maniobra, y aquí una primera solución para diversificar un poco su catálogo de productos sería potenciar su segmento de accesorios, que aun siendo relevante podría ser aún más cuantiosa. La estrategia sería la que han seguido con accesorios con un margen de beneficio asombroso como las fundas para sus iPad o las correas para sus Apple Watch: más allá de productos tan relevantes como los AirPods, ese tipo de accesorios “sin hardware” podrían ser uno de los caminos a seguir por Apple.
Así es como gana dinero Apple: con el iPhone llegando a su techo es hora de sacar más dinero de sus propietarios
Curiosamente la empresa no parece querer diversificar mucho a pesar del potencial que tiene para vender todo lo que saque. De convertir en oro todo lo que tocan. No hay apenas impulso de los auriculares Beats —está claro que compraron la empresa para su Apple Music—, y abandonaron rangos de productos tan interesantes (al menos para los usuarios) como los monitores: seguro que muchos usuarios de escritorio estarían encantados de poder disfrutar de monitores 5K como los de los iMac, pero para conectarlos a sus MacBook, por ejemplo.
Aquí las opciones son muchas y muy variadas, pero en realidad esa primera alternativa se queda ensombrecida por la que puede ser la gran apuesta real de Apple en el futuro: los servicios. La firma lleva tiempo presumiendo de lo mucho que los servicios están creciendo como parte integral de sus ingresos trimestre tras trimestre, y de hecho esa estrategia de empresa de servicios es la que ha hecho que Microsoft le dé la vuelta a la tortilla.
En Apple desde luego están apostando fuerte por este ámbito, y a la oferta de su App Store, de Apple Pay, de su servicio de streaming de música o de sus servicios en la nube les acompañará próximamente ese servicio de streaming de vídeo que sin duda querrá competir con Netflix, HBO y el resto de alternativas del mercado.
En realidad esto no es más que darle continuidad a un camino que Apple tomó hace tiempo: el de un potente ecosistema hardware que poco a poco se va reforzando con un interesante ecosistema de servicios. Un fabuloso jardín amurallado que durante años se ha beneficiado del poder transformador del iPhone y que aun con ese icónico producto amenazado es difícil que veamos tambalearse.
Aún así, a Apple le espera un 2019 complicado: veremos cómo reacciona, y si este tropezón hace que efectivamente cambien cosas en la empresa. La historia dice más bien lo contrario, pero será interesante ver qué ocurre en los próximos meses.
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