El anuncio hoy de la llegada de Vodafone Pass seguramente alegre a muchos usuarios intensivos de aplicaciones de redes sociales y de aquellos que escuchan música en streaming en sus móviles continuamente.
Poder disfrutar de esos servicios sin miedo a consumir la cuota de datos es sin duda interesante, pero esos buffets libres que plantea Vodafone juegan con las peligrosas puertas traseras que la Unión Europea ha dejado a su regulación sobre neutralidad en la red. Para muchos (y me incluyo), la oferta de Vodafone es un ejemplo de lo que no queremos que sea el futuro de nuestros servicios móviles.
A vueltas con la neutralidad en la red
Hace ya casi un año que los reguladores europeos resolvían las dudas sobre la postura que los estados miembros deberían seguir a la hora de lidiar con la neutralidad en la red.
El discurso en Estados Unidos es por ejemplo muy distinto desde que Trump llegó al poder, y aunque en el viejo continente hay más garantías de que la igualdad será la norma en muchos ámbitos en internet, Vodafone ha aprovechado los resquicios que dejó esa regulación para presentar una oferta atractiva y terrible a la vez.
Es atractiva porque como explican nuestros compañeros de Consultores-TIC Móvil uno podrá pagar unos pocos euros más para poder estar tranquilo y usar Facebook, Instagram o Twitter sin parar en su móvil, o bien escuchar música en Spotify o Apple Music (entre otras) hasta la extenuación. Los servicios Social Pass y Music Pass se unen al Chat Zero que permitía exprimir WhatsApp, Telegram o Line sin preocuparnos de nuestra cuota de datos.
Pero a la vez es terrible para la neutralidad en la red. Lo es porque aunque Vodafone cumple sin duda con la legislación, lo hace aprovechando esa filosofía “zero rating” según la cual una operadora puede hacer que ciertas aplicaciones se puedan usar sin que cuenten para nuestro consumo de datos y otras no.
Vodafone esquivando las balas
No se bloquean contenidos de la competencia y además Vodafone invita a cualquier servicio adicional a apuntarse a la iniciativa (lo que ganan unos y otros no queda demasiado claro la empresa nos ha aclarado que no cobra nada a los servicios con los que trabaja), así que en esencia Vodafone está jugando limpio según la regulación.
Ética y moralmente, eso sí, su comportamiento sea discutible. Como apuntaba María González hace unas semanas, aquí el discurso de Tim Berners-Lee es un buen modo de explicar qué falla en esa atractiva oferta de Vodafone:
También hay que detener la “discriminación positiva”, como ocurre cuando un operador favorece a un servicio concreto sobre otro. Si no prohibimos esto, entregamos un inmenso poder a las operadoras. De hecho, se pueden convertir en porteros: pueden elegir los ganadores y los perdedores del mercado y pueden favorecer sus propios servicios o plataformas sobre el resto. Esto descartaría la competencia y “apagaría” nuevos e innovadores servicios antes incluso de que vean la luz del día. ¿Te imaginas si una nueva startup o proveedor de un servicio tiene que pedir permiso o pagar una cuota a un competidor antes de que puedan atraer más clientes? Esto suena mucho a chantaje o a abuso del mercado, pero es exactamente el tipo de escenario que veremos si nos alejamos de la neutralidad de la red.
Hay ganadores, pero también hay perdedores
Al final lo que hace Vodafone es esquivar el concepto puro de ese movimiento anti-neutralidad en la red que plantea una internet de primera clase estupenda y fantástica, y otra internet de segunda clase triste y sombría.
Es cierto que al final vas a poder acceder a los servicios que quieras con la misma velocidad, pero si pagas un poquito más podrás acceder a servicios estupendos y fantásticos (y muy populares, que es lo que atrae a las masas) sin que tu cuota de datos se vea afectada. Repetimos: es cierto que Vodafone abre la puerta a que servicios ((sin cobrar a esos servicios, insistimos) que no están ahora en sus Social Pass y Music Pass estén en el futuro, porque como explican en las preguntas frecuentes:
Cualquier proveedor que tenga una aplicación de redes sociales o de música que no esté incluida puede entrar en el servicio solicitándolo a Vodafone a través de www.vodafone.es/partners. Asimismo, cualquier proveedor que no quiera estar incluido en el servicio, puede solicitarlo en la misma dirección.
El usuario gana, la operadora gana, los servicios que entran en ese juego ganan… pero hay muchos grandes perdedores. En concreto, todos los que quieren plantear una alternativa a esos servicios con los que no podrán competir si no entran en esos planes Vodafone Pass. Entre dos servicios disponibles, cuál acabarás usando, ¿el que puedes aprovechar sin consumir datos, o el que te los va a consumir?
Aquí puedes ponerte en contacto con el servicio que no está en ese “buffet libre” para que hable con Vodafone y tratar de reclamar que hagan algo al respecto, pero nos extrañaría que Vodafone y los responsables del servicio lograsen solventar el problema antes de que el usuario, cansado de valorar ambas alternativas, no acabe yendo a esa que usa (casi) todo el mundo y que además le sale (casi) gratis.
Aquí de nuevo sin conocer potenciales requisitos y contraprestaciones es imposible valorar el impacto final —nos gustaría pensar que ni Vodafone ni los responsables de Spotify o Facebook sacan ni un euro del tema—, pero lo que está haciendo Vodafone es favorecer ciertos servicios y frenar a otros. Sin más.
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