Huawei lleva ya varios años posicionándose como el tercero de a bordo en la sufrida lista de fabricantes de smartphones, creciendo más y más en un mercado cada día más saturado. Lo consigue exportando tecnología propia en un más difícil todavía: vender más allá de las gamas bajas.
Con el Huawei P10 Plus nos trae un teléfono con un pie en el P10 y otro en el teléfono total en el que quieren estar: entra la (tímida) resistencia al agua, más píxels y cantidad de memoria, un dúo de cámaras más luminoso, sensor infrarrojo y ganas de más. Veamos qué tal han resuelto el teléfono con más resolución de la marca, y qué le falta para ganar.
Con los P10 Huawei repite en 2017 la jugada que en 2016 salió bien: acompañar a su línea P con, además de una versión Lite –que se ha vendido durante generaciones como pan caliente en España–, una versión Plus algo más grande y vitaminada. Más de diez millones de P9 y P9 Plus dan cuenta de ello. Con ello consiguen terminar de expandir la línea a todos los perfiles de usuario su teléfono estrella en diseño.
Si te gustó el P10, pero no te convence lo suficiente como para desprenderte de 649 euros por él, tendrás el P10 Lite prescindiendo de ciertas características más secundarias como la doble cámara. Si lo quieres más grande y vitaminado, el P10 Plus puede ser tu opción. Si es que estás dispuesto a abrir la cartera todavía más, hasta los 799 euros.
La principal diferencia sigue siendo esa pantalla de diagonal estirada de las 5.1 pulgadas del P10 hasta las 5.5 del P10 Plus, donde por primera vez Huawei sube a la resolución QHD, incluso en diagonales largas. Esto es algo que no habíamos visto en la anterior versión Plus ni en el Mate 9 y sus 5.9 pulgadas de diagonal.
Esta vez, eso sí, volvemos a un panel similar al del modelo de referencia. Paso atrás del OLED que esta temporada solo hemos visto en la edición Porsche del Mate 9. El panel por tanto es un IPS Neo encajado en un cuerpo de aluminio que se redondea.
Bajo el capó tenemos como sistema integrado el Kirin 960 que lanzaron con hace unos meses con prestaciones idénticas. Ocho núcleos distribuidos cuatro y cuatro en big.LITTLE, A53 y A73, para despuntar en eficiencia y rendimiento. Junto a ellos, la nueva y más poderosa Mali G71 como procesador gráfico ahora con el doble de núcleos de quien hemos visto de lo que es capaz.
Diferentes son, eso sí, las configuraciones de memoria disponibles. Este P10 Plus llega con un capacidad de 128 GB (muy rápidos, como veremos), y una memoria RAM de 6 GB. Toca comprobar si es realmente útil o si es simplemente una filosofía marketiniana de “dar tanto como el que más da”.
Cámara y flash son de nuevo duales, manteniendo la asociación con Leica que tanto ha dado que hablar. Repiten doble sensor: en 12 y 20 megapixels, a color y monocromo respectivamente, que proporcionan al sistema la capacidad generar imágenes con efecto de profundidad de campo al estilo de cámara de lentes intercambiables.
Huawei P10 Lite | Huawei P10 | Huawei P10 Plus | |
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Tamaño | 147 x 72 milímetros | 145 x 69 milímetros | 154 x 74 milímetros |
Grosor | 7.2 milímetros | 7.0 milímetros | |
Peso | 142 gramos | 145 gramos | 165 gramos |
Pantalla | IPS de 5.2 pulgadas con cristal 2.5D | IPS de 5.1 pulgadas con cristal 2.5D | IPS de 5.5 pulgadas con cristal 2.5D |
Resolución | Full HD 1.920 x 1.080, 424 ppp | Full HD 1.920 x 1.080, 432 ppp | Quad HD 2.560 x 1.440, 534 ppp |
Procesador | Hisilicon Kirin 655, 16nmOcta Core 4x A53 a 2.1GHz + 4x A53 a 1.7GHz | Hisilicon Kirin 960, 16nmOcta Core 4x A73 a 2.4GHz + 4x A53 a 1.8GHz | |
Procesador gráfico | Mali T830, dos núcleos | Mali G71, ocho núcleos | |
RAM | 4 GB | 4 GB LPDDR4 | 4/6 GB LPDDR4 |
Memoria | 32 GB, microSD | 64 GB, microSD | 64/128 GB, microSD |
Versión software | EMUI 5.1 sobre Android 7.0 (Nougat) | ||
Conectividad | WiFi Bluetooth 4.1 Low EnergyLTE Cat 12 | WiFi 802.11ac 2.4 y 5 GHz con MiMo 2×2 Bluetooth 4.2 Low EnergyLTE Cat 12 (450/100 Mbps) | WiFi 802.11ac 2.4 y 5 GHz con MiMo 4×4 Bluetooth 4.2 Low EnergyLTE Cat 12 (600/100 Mbps) |
Cámara Trasera | Única, 12 megapixels | Dual, 12 (color) y 20 megapixels (mono) f/2.2 flash dual OIS | Dual, 12 (color) y 20 megapixels (mono) f/1.8 flash dual OIS |
Cámara Delantera | – | 8 megapixels con autofocus, f/1.9 | |
Batería | 3.100 mAh | 3.200 mAh Carga rápida | 3.750 mAh Carga rápida |
Otros | microSD USB C | Sin dual SIM, formato nano microSD (hasta 256 GB) USB C (2.0) USB OTG Sin radio FM GPS, Glonass, Galileo, BDS | Sin dual SIM, formato nano microSD (hasta 256 GB) USB C (2.0) Puerto infrarrojos USB OTG Sin radio FM GPS, Glonass, Galileo, BDS |
Precio de salida | 349 euros | 649 euros | 699/799 euros |
El viaje del sensor al frontal se lleva la esencia de diseño del P9
Aunque pueda parecer que con los hermanos P10 Huawei ha seguido la máxima de “si algo funciona, no lo cambies”, hay más novedades en materia de diseño de las que pueda parecer a simple vista. A la vista decisiones tomadas por el fabricante en versiones anteriores, demos un repaso a qué ha cambiado para bien y qué no lo ha conseguido tanto. Por supuesto, habrá una componente subjetiva importante varios puntos.
El P10 Plus y sus gestos se hacen de rogar
Lo más llamativo sin duda es el viaje del sensor de huellas a la parte delantera, justificado por la marca en términos de usabilidad. Debe ser que la gente está acostumbrada a poner el pulgar en la parte frontal, y cuesta más hacerse al desbloqueo por índice en la parte trasera. A decir verdad, prefiero esta última y liberar el frontal de botones. Por dos razones: marcaba más el diseño propio de Huawei que tan bien les estaba funcionando y por la filosofía del nuevo ‘botón Home’.
Y es que el nuevo sensor de huellas no es un botón físicamente, simplemente detecta cuando nuestro dedo está puesto encima, y también gestos sobre él. No hay más botones capacitivos a los lados tampoco –ni se sabe por qué, uno tiene el tic de ir a pulsarlos los primeros días–. Así podemos utilizar el botón central como sustituto de la barra de tareas haciendo gestos como un toque rápido para ir atrás, pulsación larga para ir a inicio o deslizamiento lateral para mostrar la multitarea.
A diferencia de la experiencia de mi compañero Javi con el P10, mi P10 Plus no ha conseguido dar con la tecla y acostumbrarme a ese botón central. Tras intentar hacerme a él durante una semana, cuando realmente he necesitado utilizar el teléfono de una forma ágil –léase, cuando usamos la multitarea para algo— he acabado en una nada despreciable proporción de las veces chocándome con una función distinta a la que buscaba.
No solo hay que conocer el gesto, sino también sus tiempos: si queremos ir a atrás pero deslizamos demasiado lento, lo interpretará como una llamada al escritorio; si somos demasiado rápidos y el gesto no desliza lo suficientemente bien, volverá atrás rompiendo lo que sea que estuviéramos haciendo con la pantalla que queríamos dejar abierta.
Es por esto que –muy a mi pesar, prefiero siempre aprovechar el espacio en pantalla al máximo– he vuelto a la barra convencional, la que utiliza el Android de Google y que es la que viene por defecto con el teléfono, quizás para no confundir a los usuarios de a pie que podrían despistarse demasiado con este sistema. Al hacer esto, el botón central como tal pasa ser un sensor de huellas sin más funcionalidad.
Quizás este desapego por el botón central sea propiciado por cuestión de tamaño. Soy usuario de teléfonos grandes desde el Note 2 de Samsung y me siento cómodo con ellos. El P10 Plus en cambio se me hace demasiado grande para sujetarlo y utilizarlo a una mano, como hago mi día a día con el S7 Edge. Las esquinas de esta generación se han redondeado frente a los P9, y aunque en el P10 se ve más equilibrado (es casi un centímetro más corto), en la versión Plus se suma a los grandes marcos hacen muy difícil alcanzar partes como la barra de notificaciones.
Llama la atención el redondeo que se ha hecho a los bordes del teléfono. Achatados, le habían dado personalidad a la línea P durante generaciones y ahora se han ido por completo. En el P9 redondeaban algo más que en el P8, pero mantenían el biselado delante y detrás. Ahora se le pierde el biselado trasero y se redondea completamente su borde, quedando un perfil prácticamente idéntico al que vemos los actuales iPhone. Otro punto donde sospechosamente también hay cambios y es idéntico, es en los guiados de antenas en la parte trasera, ahora idénticos a los que vemos en los iPhone 7.
No se elimina, eso sí, la salida de audio de 3.5 milímetros en su parte inferior. No es algo que yo utilice demasiado, y personalmente celebraría su eliminación por un teléfono más aprovechado a nivel interno, pero entiendo que supondría un argumento muy fuerte en contra para muchos e incluso de descarte para otros tantos.
Sin duda, el Huawei P10 es precioso… por detrás. La trasera de aluminio con la ventana de cristal tienen un acabado sin nada que envidiar, estéticamente y en sensaciones a la mano. Salvo por el hueco del doble flash, rodeado por un pequeño marco metálico que en nuestra unidad sobresale ligeramente arañando y arrastrando suciedad. Incluso detalles como la botonera lateral está bien acabada: se sienten firmes y de calidad. Sorprende eso sí el acento rojo del botón de bloqueo en este modelo, que personalmente creo le resta elegancia, aunque según a quien le preguntes puede gustarle más. El teléfono es robusto, y la sensación de este color negro grafito (hay otros seis más) al agarre tiene poco margen de mejora ya.
Por delante, sin embargo, el teléfono es bastante impersonal. De hecho, podría ser cualquiera, al menos en el color negro que hemos probado. A ello se une que el cristal delantero (cubierto por un muy robusto protector de plástico que costó incluso retirar), parece que le sucede lo mismo que al Xiaomi Mi 5s. Al tratarse de un sensor de huellas con relieve en el frontal, el cristal no es (o no parece) Gorilla Glass sino una más plasticosa que hacen al teléfono más ‘endeble’ en su frontal. Nada que ver con la sensación de solidez del S7, por ejemplo, e incluso de su propio Honor 8 que reduce a la mitad el precio.
El frontal es muy plano, negro y simple en esta versión
Otro par de detalles del frontal son que apenas cuenta con redondeo 2.5D, dejando al tacto una sensación ligeramente áspera del pequeño marco plástico que lo separa de la trasera metálica; y que el auricular/altavoz frontal tiene un diseño muy poco cuidado, que recuerda a teléfonos de otras épocas y gamas.
En los nuevos P10 nos encontramos una bandeja SIM en la que no podremos poner dos SIM o una y una SD, puesto que el teléfono no será Dual SIM —en nuestra región al menos, parece que en otras sí—, sino que la única posibilidad es optar por la tarjeta de memoria. Por último, y a diferencia del P10, la versión Plus cuenta con cierta resistencia al agua, de certificación IPX3. Esto quiere decir que el teléfono no es sumergible de ninguna de las formas, sino que resiste salpicaduras de agua. Se trata de un primer paso en la dirección en la que han ido todos, pero un retraso considerable respecto a la competencia.
Caminando sobre seguro: sube la resolución
La pantalla es el elemento central de un teléfono. Se eligen básicamente atendiendo al tamaño de ésta. Y al presupuesto, claro. El P10 Plus cuenta con una IPS Neo de Japan Display, tecnología que llevan utilizando no pocas generaciones de su línea Mate y P y que han evolucionado poco a poco hacia mejores contrastes y brillos máximos.
Se tiene una resolución QHD (2.560 x 1.440 pixels) sobre 5.5 pulgadas, lo que deja la densidad de puntos en los 530 ppi, el punto de anclaje de los gamas alta más exigentes. Bien por los usos sitios donde todavía esta mejora en resolución se siguen apreciando, aunque no son demasiados ni lo notará todo el mundo. Yo lo noto a la hora de visualizar PDF, juegos de tipo vectorial o páginas web en formato escritorio, donde todo se hace muy diminuto y esa resolución extra puede ayudar a encontrar cosas sin tener que andar haciendo zoom todo el rato en distintas zonas.
La calidad del panel es buena, dentro de las limitaciones del LCD. El brillo máximo está por encima de la media y sobre los 500 nits, con lo que lo podremos usar en exteriores sin problemas. Acostumbrado al Amoled, la verdad que me cuesta conformarme incluso con estas IPS por su ‘pobre’ representación de los negros, y el empeoramiento de estos con los ángulos de visión. En este caso, la pantalla tampoco llega al nivel de la del teléfono de Apple, donde puestos cara a cara es menos vibrante. A decir verdad, me gustaría ver a Huawei arriesgando por un panel Amoled de alta calidad.
Es probable que parte de la culpa la tenga esta cobertura de la que hablábamos y que no tengo nada claro que se trate del Gorilla Glass de Corning, que sí se encuentra en su versión 5 en la ventana trasera del terminal. Esto hace que tengamos un panel con un tacto más blando o de sensación plástica, además de aumentar los reflejos y retener la suciedad como las huellas de los dedos que, además, cuesta limpiar en este teléfono. Curiosamente también es un imán de huellas la parte trasera.
Retirado el protector de pantalla, muy duro y rígido, la latencia del cristal es buena. No nos encontramos ningún retraso a la hora de teclear a toda velocidad por ejemplo y, en caso de haberlo, se percibe que es por la propia aplicación de teclado. Otro detalle que sí cumplen otros gamas alta es que el LCD está pegado al cristal, tan cerca que parece que se sale. En el P10 Plus la sensación dista bastante de ser esa, sin que se vea alejado.
Huawei le ha seguido la pista a Samsung y a sus modos de resolución de pantalla y “dpi” aunque en un acercamiento algo diferente. Cuando nos encontramos con teléfonos de grandes diagonales y alta resolución como este, hay quienes prefieren tener una interfaz más compacta que les permita ver más menús y contenido al mismo tiempo. Otros no. Para ello, permiten el ajuste del tamaño de la interfaz.
Con estos ‘modos de visualización’ nos permiten elegir entre pequeño, mediano y grande; siendo este último el que aparece seleccionado por defecto. También podemos seleccionar el tamaño del texto en cinco tamaños. A decir verdad quedé completamente decepcionado con este parámetro, ya que acaba siendo inconsistente entre distintas partes de la interfaz o tipos de texto entre menús y aplicaciones; se mezclan los tamaños.
Suelo preferir una interfaz más compacta para ver más cosas a la vez y ‘ahorrar’ tiempo y clicks haciendo scroll o navegando entre menús. El conflicto llega cuando reduces del modo grande al mediano –no digamos ya al pequeño–, y según el navegador o qué parte de los menús (la barra de navegación, por ejemplo, se reduce en exceso) los textos aparecen normales o diminutos, aparentemente al azar. Es decir, no todos los elementos se escalan con armonía, sino que su escalado depende del la aplicación que estemos usando, y esto es terriblemente confuso. Finalmente, lo dejé en mediano con el texto en grande hasta hoy.
Un hardware a prueba de años
Huawei ha dado un gran salto cualitativo en el último par de años con sus dispositivos y a varios niveles. No se han conformado con empaquetar los componentes de otros fabricantes y unir las piezas en sus teléfonos, sino que han seguido avanzando con buena parte de tecnología propia y un esfuerzo más que evidente en sus divisiones de I+D. Esto se nota en apartados como el procesador del teléfono, o más los System-on-Chip (SoC), ya que los pequeños chips de silicio en los que va el procesador de nuestro móvil hay mucho más que solo eso: integran los gráficos, el procesador dedicados a la cámara, a la conectividad del teléfono o incluso el sensor de huellas.
El Kirin 960 no es nuevo, lleva entre nostros ya unos meses desde que aterrizara con el Mate 9. Se trata de un buen chip, a la vanguardia en múltiples aspectos, pero que no está llamado a ser el chip del año, como avanza Javi en el análisis del P10. Veamos por qué.
El P10 Plus lleva exactamente el mismo SoC que tenemos en el P10 estándar o el Mate 9. Los mismos ocho núcleos ARM para la CPU, cuatro Cortex A73 a 2.4 GHz y otros tantos A53 a 1.8 GHz, y los mismos núcleos gráficos Mali G71 en los que esta vez parece que sí: Huawei va decidida a tener una buena presencia en ese aspecto.
Recordamos que estas configuraciones hacen que los A53, que consumen menos energía, estén funcionando durante más tiempo y para tareas sencillas con el fin de ahorrar batería. Los A57 funcionan cuando con aquellos no es suficiente, en tareas de mayor demanda, permitiendo que el sistema siempre tenga disponible la potencia que necesita, sin desperdiciar batería.
Los núcleos A53 ya llevan unos años entre nosotros y son muy conocidos, los encontramos en muchos de los teléfonos de gama de entrada y media. Se utilizan estos diseños por su versatilidad, ya que para la mayoría de tareas son suficientes. Los A73 son más nuevos. Tanto que se trata del primer procesador disponible con estos núcleos, a espera todavía del Helio X30 y X35 de Mediatek (tanto Samsung como Qualcomm tienen diseños propios). Y más potentes, claro.
Aunque no será el más eficiente del año, el rendimiento extra le hace ganar muchos enteros
El ‘pero’ que tienen es que están basados en los 16 nanómetros cuando el resto de fabricantes de nivel darán el salto a los 10 nm para sus gamas más altas este año. Por esto, se puede esperar que el Kirin 960 no aguante el tipo toda la temporada y se quede en una segunda fila en términos de eficiencia.
Básicamente y por encima, la apuesta de Huawei sobre el Kirin 960 era mejorar los números de eficiencia (que no tanto en rendimiento, atención a los test) gracias a los A73. No parece haberlo conseguido demasiado quizás por el proceso de fabricación e implementaciones propias (ARM sí prometía mejoras aquí) que parecen no estar a la altura. Por la parte de la gráfica, sí se echa más carne al asador, aumentando el área dedicada a tal propósito, y por ende el consumo energético. Sobre esto, podéis leer mucho más en el análisis al detalle en Anandtech.
Prueba | Huawei P10 Plus | Huawei P10 | Huawei Mate 9 | Huawei P9 | Galaxy S7 Edge | iPhone 7 Plus |
---|---|---|---|---|---|---|
AnTuTu | 151.644 | 135.396 | 125.649 | 98.008 | 136.695 | 172.644 |
GeekBench (Single / Multi) | 1.950 / 6.220 | 1.931 / 6.102 | 1.910 / 5.863 | 1.764 / 5.383 | 2.117 / 6.063 | 3.457 / 5.608 |
PCMark Work | 5.931 | 6.165 | 6.409 | 7.047 | 5.707 | n.a. |
3DMark (Sling Shot ES 3.1) | 2.730 | 2.111 | 2.255 | 983 | 2.890 | 2.806 |
Vellamo (Metal) | 2.768 | 2.742 | 3.314 | 2.998 | 3.325 | n.a. |
GFXBench (Manhattan 3.1 ES 3.0) | 18 FPS | 30 FPS | 29 FPS | 18,5 FPS | 32 FPS | 42,40 FPS |
Al igual que el año pasado los 4 núcleos Mali T880 palidecían frente a los 12 del Galaxy S7, este año encontramos el doble de núcleos, y más poderosos: hasta ocho núcleos gráficos Mali G71. Cuando parece que Huawei coge nivel en el apartado gráfico, Samsung avisa: su Exynos 8895 llegará con hasta 20 de estos mismos núcleos, prometiendo aumentar este rendimiento hasta un 60% respecto al S7 (o hasta el 150% frente al teléfono de Huawei) y volviendo a tomar distancia. Por supuesto, se lo pueden permitir por la mejora en eficiencia que heredan del salto a los 10 nm, que Huawei no ha hecho.
Pero saliendo del papel, es cierto que el rendimiento del Huawei P10 Plus, como el resto de teléfonos de la familia que ya se han probado, está a un nivel altísimo. El teléfono se mueve muy bien, con mucha agilidad entre menús y distintas aplicaciones. No se percibe que ese extra en resolución de pantalla suponga demasiado esfuerzo para el terminal, salvo en aplicaciones como Google Maps donde no termina de ir como se espera, o juegos sencillos tipo vectorial (Crossy Road, Stack) donde el teléfono va cogiendo algo de temperatura, pero nada llamativo. Con su gran pantalla, otros juegos más dinámicos como Real Racing 3 son una delicia en este teléfono.
Llama la atención el uso de memoria RAM en el dispositivo y sus 6 GB. Cuando son los propios directivos los que te dicen que son, en palabras llanas, un desperdicio. Durante la semana de uso no he llegado a encontrarme con menos de unos 2.5 GB libres, ni siquiera cuando he intentado forzarlo con la apertura de hasta una veintena de aplicaciones. Es una delicia eso sí, ver como las mantiene disponibles, ya sean juegos, redes sociales o reproductores. Cuando no se han mantenido abiertas quizás es por la propia aplicación, pues quedaba memoria disponible.
Choca también que el teléfono se mueva entre los 2.5 y 3.5 GB libres, prácticamente sin importar que se acabe de encender o tengamos todo abierto. Entiendo que esto es así porque se precargan en memoria servicios como la cámara de fotos, el teclado o los ajustes para que se abran rápidamente.
La memoria interna es otro de los grandes fuertes de este teléfono, de 128 GB en la versión que hemos probado. Esto son unos 109 GB completamente disponibles al usuario, y además muy rápidos. Se debe al sistema de archivos del dispositivo, que permite velocidades de acceso al sistema de vértigo: 750 MB/s en lectura secuencial, que llegan a los 182 MB/s en escritura. Rendimientos prácticamente de escritorio, en el móvil. También unas buenas cifras en acceso aleatorio, donde no hay cambios respecto a las cifras que ya vimos en el P10, por lo que la memoria es idéntica en términos de rendimiento.
Sonidos graves apoyado y en estéreo
El P10 Plus cuenta con altavoces al estilo del nuevo iPhone 7 Plus: uno grande y más grave en la parte inferior, que se complementa por el propio auricular del frontal (el de llamadas, sí), que aporta algunos agudos y sonido extra directos a tu cara. Ya con el Honor 8 veíamos un sonido muy contundente y rico gracias a su amplio altavoz exterior.
En sonido hemos ido a lo práctico: volumen y contundencia. No nos pongamos quisquillosos
En este caso la sensación es agridulce, puesto que ambos altavoces están demasiado alejados y no terminan de cumplir. Me explico. El altavoz principal tiene unos graves muy marcados, dejando los agudos para el pequeño altavoz frontal. Se comprueba rápidamente tapando el inferior que la calidad del superior deja bastante que desear, con un sonido enlatado. Esto es consecuencia quizás del poco espacio que le han dado a este altavoz de apoyo. Al final, la música suena más alto y con mejores graves que en mi S7 Edge, aunque en el teléfono de Samsung encuentro un sonido bastante más equilibrado, con medios mucho más afinados y ricos.
Por supuesto, el teléfono rara vez se utiliza para apreciar los matices de la música, sino que suena en ambientes ruidosos, reproduciendo contenido de internet o música mientras hacemos las tareas de la casa. En este sentido, me quedo con el audio del P10 Plus.
El P10 Plus cuenta también con un modo de sonido estéreo, que utiliza cada salida como un canal de audio distinto y que llaman ‘Estéreo+’. La pequeña pega con esto es que el sonido se congela por unos instantes cuando inclinamos el teléfonoy nos lanza, como decía antes, un sonido distinto a cada oreja: a la derecha los graves, a la izquierda los agudos. Razón más que suficiente para que lo desactivara en cuanto di con el ajuste.
Viva la carga rápida
Si queremos un teléfono con una batería inagotable y una gran pantalla, nuestro teléfono es… el Mate 9. La experiencia con el P10 Plus es más normalita en ese sentido, dentro de lo que ya es habitual en este tipo de teléfonos: que te dejen acabar el día sin la ansiedad de ver que la batería entra en la zona de peligro, el porcentaje de una sola cifra.
Esto es así gracias y a pesar de muchos factores. Por una parte la batería del P10 Plus es un 17% mayor que la del P10 y su pantalla lo es en un 16%. Por supuesto, la resolución también es mayor, en casi un 80%, lo cual hace que en ciertas situaciones –no todas, por suerte– el consumo al se incremente.
En mi uso diario incluyo todas las aplicaciones que utilizo de forma habitual, con las notificaciones, accesorios Bluetooth conectados, toma de fotos y algún vídeo, mensajería instantánea, redes sociales y el navegador. Siempre con WiFi cuando está disponible (la mitad de la jornada o más). Con este uso podemos esperar entre 3 y 4 horas de pantalla al final del día, quizás algo más si ‘racaneamos’ en algunos apartados como el brillo o el gestor de aplicaciones.
En este sentido, Huawei trae activado por defecto un modo de control de la actividad que personalmente encuentro bastante molesto. Varias veces al día nos avisa de que alguna aplicación está consumiendo mucha energía, pero son casualmente las aplicaciones que acabas de abrir.
Pero el protagonista aquí es la carga rápida implementada. Al tener un procesador Kirin, no se trata del Quick Charge que traen la mayoría de teléfonos con Qualcomm. Es un modo propio de Huawei que, sin duda cumple expectativas con su cargador de hasta 22.5 vatios.
Comparado de tu a tu frente la carga rápida del S7 y sus 15 vatios en modo Fast Charge, ambos teléfonos completan la carga en aproximadamente una hora y media. La diferencia es que el de Huawei es capaz de acelerarla más al principio, haciendo que con la primera media hora obtengamos en torno al 50% de batería disponible: cada minuto sube casi un 2%.
Esto es especialmente útil si vamos tiesos a mitad de tarde y pasamos por casa para volver a salir. Sin duda un punto muy a favor para estos Huawei P10 Plus. El cargador, eso sí, es bastante más grande en el caso de Huawei. Del tamaño típico de uno de iPad.
Dual Leica 2.0 Pro: es hora de jugar
El P10 Plus cuenta con prácticamente las mismas características que el P10. Se salva en pocos puntos, uno de ellos siendo la doble cámara, que viene ligeramente mejor dotada en el mayor modelo. Los nuevos P10 cuentan con objetivos Dual Leica 2.0; mejorados sobre lo visto en la línea P9.
En la ventana trasera del terminal vemos la serigrafía de LEICA, tomando más protagonismo incluso que el fabricante asiático. Debajo de ésta, encontramos un ‘Summarit-H 1:2.2/27 ASPH.’ en el caso del P10, que pasa a ‘Summilux-H 1:1.8/27 ASPH.’ para el P10 Plus. Esta última es la que llaman Dual Leica 2.0 Pro. Resumiendo mucho, la H hace referencia a Huawei, Summarit cambia a Summilux haciendo referencia a la mayor apertura (de f/2.2 pasa a f/1.8), el 27 hace referencia a la focal de 27 milímetros (equivalentes a 35 mm en Full Frame, las cámaras de referencia en fotografía profesional) y ASPH tiene que ver con el diseño de las lentes y su forma (no esférica, de curvatura no constante), que suele ser el sello de calidad de las lentes con mejor rendimiento.
Vale pero, ¿en qué voy a notar yo esa apertura extra? Desde f/2.2 a f/1.8 tenemos dos tercios de paso, es decir, dos tercios del equivalente a duplicar la cantidad de luz. Esto es, de f/2.2 a f/1.8 veríamos aumentada la iluminación de la escena en un 66%. A nivel práctico, es difícil comprobar que esto sea así en realidad, o si tan solo se obtienen beneficios parciales de este diseño más luminoso. Esto es así porque, en general, cuando cambiamos el diseño de las ópticas las limitaciones (que aquí son de espacio, recordemos que el P10 y Plus tiene tan solo 7 milímetros de grosor) se trasladan a otro elemento por las restricciones físicas.
Con el P10 Plus tenemos enfoque CAF y PDAF (por detección de contraste –digital– y fase –en el sensor–); ayudado por un sensor láser justo bajo el doble flash, que hará de soporte principalmente en situaciones de baja luz y por último el de profundidad, que utiliza la doble cámara para posicionar los elementos en el espacio 3D.
Cuatro tipos de enfoque simultáneo no bastan para igualar la velocidad del S7.
Teoría a un lado, donde el P10 Plus parece que debería tener el mejor enfoque del mercado. La realidad: no es así. El enfoque del Galaxy S7 es claramente superior, al menos en velocidad. El P10 Plus acierta al enfoque, pero se toma algo de tiempo (en el S7 es que prácticamente ni se nota) y tiene el típico ‘rebote’ de enfoque. Esto es, encuentra el enfoque haciendo un barrido de distancias que no es tan molesto en las fotos como en los vídeos, donde quedará grabado.
Pero lo mejor es pasar a el resultado en imágenes de este teléfono en sus distintos modos. Primero veamos qué tal se porta con la ‘fotografía convencional’, ya que los P10 cuenta con toda una batería de modos de disparo y grabación.
Entendiendo la doble cámara
La doble cámara de Huawei no es, en principio, similar al acercamiento de Apple (con ‘zoom’ en uno de los objetivos) ni a la de LG (con un gran angular que permite perspectivas más amplias). Como sabéis, tenemos un sensor principal a color, con estabilización óptica y de 12 megapíxels, apoyado por otro en blanco y negro de 20. Este último, sin estabilización. La idea es que con ellos se obtiene información de profundidad sobre la escena y se procesa por capas. Así se obtiene un efecto de desenfoque por profundidad de campo similar al que vemos en las cámaras de lentes intercambiables, las mal-llamadas réflex.
Para ello, el sujeto principal de nuestra foto ha de estar a una distancia inferior a dos metros, y a ser posible, ser una persona. Es para estos sujetos para los que está optimizado el sistema ‘co-ingeniado’ con Leica. Huawei da la posibilidad de ajustar la apertura (simulada) también a posteriori en las fotos. Quizá esto es algo confuso en general para el usuario medio, aunque da libertad al que quiera experimentar.
Nos movemos en aperturas simuladas entre f/0.95 (mucho desenfoque) y f/16 (prácticamente todo enfocado). La apertura f/0.95 es una verdadera barbaridad en términos fotográficos: la lente de 50mm de Leica con esta luminosidad salta por encima de los 10.000 dólares. Más allá de esto, aplicar esta apertura suele torturar las imágenes. Como referencia, las imágenes de este artículo están tomadas con una réflex con objetivo fijo f/1.8, la misma apertura que simula Apple en su iPhone 7 Plus.
Quizá sería más sencillo para el usuario final tener una foto con apertura simulada fija y más optimizada en torno a esta apertura de referencia, y no distraer con tantas opciones en la aplicación de cámara. Digo esto porque después de la toma, incluso para el que sabe manejarla, toca pensar qué apertura (pero, ¡también qué filtros!) es la que queda mejor a la foto y cuál acabamos aplicando. Son pasos extra que, quizás en un móvil no son necesarios.
De cualquier forma, Huawei ha mejorado muchísimo el rendimiento de este modo respecto a ediciones anteriores, siendo más que competente en muchos retratos. Y como digo, a no ser que los forcemos en exceso con aperturas superiores a f/1.4, el resultado es muy llamativo e incluso realista en buena parte de los disparos. Eso sí, si nos salimos de disparos a personas, es fácil que nos hagamos con una buena cantidad de ‘artefactos’ o defectos en el cálculo de áreas desenfocadas.
En este modo de disparo es donde se exprime al máximo la potencia de las nuevas generaciones de procesadores móviles, donde el procesado depende de muchísimas variables y toca aplicar los efectos prácticamente en directo. Se nota la potencia extra del Kirin 960, y no cabe duda de que estos sistemas solo pueden ir a mejor.
Huawei ha querido simular este efecto también donde probablemente más retratos haremos: la cámara frontal. Junto a las opciones de limpieza de impurezas y efecto viñeteado, el control es total. Quizás demasiado, como veremos en breve.
Por último, el modo monocromático es una de las pequeñas delicias de esta familia P10. También ahí tenemos disponible el efecto por desenfoque, el modo vertical y el control Pro. En definitiva, muchos ajustes para que podamos exprimir el blanco y negro al máximo, directamente desde la cámara.
Recordemos que este sensor monocromo cuenta con una suerte de Zoom 2x, que ya veíamos en el Mate 9. Al tener mas megapixels lo que hacemos es un recorte sobre la zona central del sensor, con mayor detalle, y colorearlo con la información cromática del otro sensor. En definitiva, tenemos una cámara de hasta 57mm que permite acercarse al sujeto conservando más detalle que con un zoom habitual.
Vídeo
El P10 Plus dispone de una gran variedad de modos de vídeo con control manual: 4K, 1080 a 60 fotogramas y cámara lenta a 120 fotogramas tanto en HD como en Full HD. Se echa de menos una ‘marcha extra’ a 720p, que ponga el sensor a 240 fotogramas por segundo, ahora que parece que empiezan a aparecer teléfonos con una gran velocidad de frames, de hasta mil por segundo.
Vemos una muestra ‘de estrés’ tomada en 4K, en la que se puede apreciar como aunque la estabilización del vídeo no es demasiado buena (a pesar de contar con estabilización óptica), el audio sí es de calidad.
Aplicación de cámara
La aplicación de cámara la rediseñaron con el P9, aprovechando esta asociación con Leica, para tomar su lenguaje de diseño y aprovechar para introducir los controles manuales. En ese sentido un 10 para Huawei. El modo manual siempre está disponible con solo deslizar, y si no quieres no tienes que tocarlo.
El modo Pro está bien. No tanto que tengas que serlo para saber qué estás haciendo con eso que tocas.
Lo que sí que parece claro es que a Huawei se le ha ido de las manos una cantidad de opciones que resulta difícil de controlar. Después de estar una semana usándolo tengo claro que su aplicación de cámara tiene los modos disponibles desde la pantalla inicial, a la izquierda, y los ajustes posibles de cada modo están a la derecha. Modo vertical, de apertura amplia y filtros; o ‘belleza’ y desenfoque viñeteado para la cámara delantera. Se tiene también un modo para elegir el tipo de color en nuestras fotos, según queramos un color estándar, nítido (entiendo que se refieren a ‘fiel’ o calibrado) y vivo (más saturado).
Lo que veo más problemático es que no está del todo claro qué modificas con cada ajuste, y se quedan guardados de una vez para otra. Eso hace que al cerrar la cámara y volver a entrar, tengamos que cancelar todos estos modos complejos para capturar una instantánea normal.
No entiendo muy bien la necesidad de separar el llamado modo vertical del efecto de apertura amplia. Su efecto está relacionado y, como dije antes, podrían haber credo uno solo que decida esa apertura por ti y ahorrar en parámetros a la vista, que recargan el entorno. Por último, minipunto para Huawei: la mayoría de opciones están explicadas en una u otra parte de la aplicación, solo hay que darle a la ‘i’ de información.
Aunque EMUI avanza, queda camino por recorrer
Los hermanos P10 llegan con prácticamente la misma capa de personalización que habíamos visto hasta ahora. Se tata de EMUI en su versión 5.1, sobre Android 7.0 (Nougat). Esta versión está prácticamente al día, salvo por las pequeñas novedades de Android 7.1 o el hecho de que Android O ya asoma la patita, algunas de las cuales ya vemos en la personalización de la marca.
No me cabe ninguna duda de que el trabajo realizado por Huawei para que su teléfono funcione como debe es excelente. El teléfono se mueve genial, y ya no solo por la sobrecarga en hardware bajo el capó: hay méritos propios también en la optimización del software.
Eso sí, EMUI sigue siendo una capa que aporta poco en relación a lo mucho que desorganiza el sistema respecto a versiones de referencia. No soy ningún fanático de ‘Android puro’, pero sí que soy de la opinión de que si cambias algo has de tener una justificación: bien porque sea más útil o porque hacen la vida más sencilla a la gente.
Desgraciadamente, EMUI sigue dejando bastante que desear a nivel estético, llena de aplicaciones que rara vez usarás, desde algunas más prácticas (Facebook, Todoist) a otras que, por suerte podremos desinstalar (Booking o TripAdvisor). Eso sí, se están dando pasos en la dirección adecuada, y cada vez parece más natural utilizar uno de los dispositivos de Huawei. Ahora los menús de ajustes están más agrupados al estilo ‘occidental’ que estamos acostumbrados. Eso sí, todavía hay trabajo aquí.
El mejor EMUI de la historia es pobre en diseño, mediocre en añadidos pero excepcional en rendimiento
Encontramos también dos modos de escritorio, y ya no solo una única posibilidad sin cajón de aplicaciones como hasta ahora. Ahora un pequeño ajuste nos permite esconder todas esas aplicaciones que no usamos tanto. No hay demasiadas opciones de configuración, lo cual es casi una alegría: queda claro qué es lo que se puede hacer y se hace bien.
En este tamaño vuelve a ser útil (ya lo era en el Mate 9) el modo de pantalla dividida de Android 7, que permite utilizar dos aplicaciones de forma simultánea. Así, podemos ver un vídeo mientras echamos un vistazo a las redes sociales desde la misma pantalla. La verdad, funciona muy bien, aunque las aplicaciones van algo menos ágiles de esta forma.
El P10 Plus incluye otro par de gestos que pueden ser útiles. Se trata de deslizar en la barra de navegación hacia un lado (por tanto funciona si tenemos los gestos en el sensor de huellas desactivados), que encoge la pantalla en la esquina elegida para poder ser utilizado con una mano; y el de deslizar desde los lados del sensor (estando activados los gestos) hacia arriba para abrir Google Now, o bien mantener pulsado en el botón de inicio (con la barra habitual, sin gestos).
Los P10 incorporan una suerte de pequeño ‘asistente’ de voz algo escondido, al estilo del “OK Google” que responde al comando de “OK Emy” —aunque se puede cambiar—. Funciona básicamente para encontrar el teléfono (responde al comando “¿dónde estás?”)y realizar llamadas. Este pequeño asistente no ha funcionado muy bien con mi voz, pero sí me dice una cosa: Huawei está experimentando con la que puede ser la interfaz del futuro, la voz. Si finalmente triunfa quieren estar ahí.
Se ha renovado también la su aplicación de salud, ahora más parecida a lo que nos ofrecen otros servicios tipo Fitbit o Endomondo. Incluye registro de pasos, peso, sueño y podemos sincronizar un el Huawei Watch o bandas de pulso de Polar o Suunto. Vemos hasta planes de entrenamiento para varias distancias que se ajustarán a nuestro resultado actual en alguna prueba reciente.
Poca más novedad encontramos en un sistema con algunos añadidos extra como el filtro de luz azul para las horas de sueño (que no para la vista) o su modo ‘aplicación gemela’ que clona WhatsApp o Facebook para permitirnos administrar varias cuentas desde el mismo teléfono.
En definitiva, estamos frente a una interfaz que aunque parezca no haber cambiado demasiado, empieza a moverse. Las intenciones de Huawei son buenas, su sistema funciona muy bien (al final esto es lo más importante) y cada generación parte de una base más sólida.
Huawei P10 Plus, la opinión de Xataka
Estamos frente a un Huawei al que una vez más se le nota el músculo que hay detrás. La gran apuesta por la tecnología propia en un catálogo que funciona lleva a cada presentación un producto sin duda más sólido que el anterior, y eso no es algo que se pueda decir tan claro con todos.
El P10 Plus dice alto y claro que hay espacio en las 5.5 pulgadas para un teléfono de altos vuelos, equilibrado en calidades y prestaciones. Por supuesto, el margen de mejora sigue existiendo y es todavía amplio, ya que si no mueves ficha es difícil equivocarse. Hay innovación en la doble cámara, en el sensor de huellas (aunque lo prefiera detrás), y en unos materiales cada vez mejores.
Sin embargo creo que se ha desandado parte del camino de la diferenciación al romper tan bruscamente con las líneas de diseño marcadas por el P9, y que daban un baño de personalidad a la marca. P10 y P10 Plus calcan demasiado de lo que ya tenemos en el mercado y se distancia de la carrera por ese ‘frontal todo pantalla’ que está cada vez más cerca.
La opción más interesante sería para mi la versión en 64 GB y 4 de RAM, que junto a una futura tarjeta microSD harían de este teléfono un protagonista para rato, con un ahorro interesante. Los 6GB de RAM al menos hoy —quién sabe en 2018— no están justificados, en estos días con el P10 Plus no los he visto entrar en acción. En cuanto al Kirin 960, sí, llegarán procesadores mejores estos meses —más potentes y eficientes—, pero con él tenemos un teléfono con un desempeño envidiable. Su memoria rapidísima, la envidia de muchos, hace que abrir o instalar aplicaciones sea un instante. Más de lo mismo con la batería.
El sistema de doble cámara es divertido y aporta resultados ‘de verdad’. Ya no se trata de un guiño comercial, al menos si pensamos en los retratos. Los resultados llegan a ser muy buenos y el modo monocromático es una delicia. Eso sí, creo que Huawei tiene pendiente todavía afinar los instrumentos, habiendo mucho potencial sin utilizar, especialmente en las tomas más normales y de día a día.
Con este teléfono vemos no sólo dónde está Huawei hoy, sino los horizontes que se marca. El P10 Plus estrena tímidamente la resistencia al agua. Y aunque es una pena que no sea sumergible, es un un buen punto de partida para un camino todavía sin recorrer. Como ese, hay otros cuantos senderos que andar: ¿recuperará su propia senda de diseño? ¿Qué habrá del Amoled? ¿Acabará de dar con la tecla de una experiencia de disparo óptima? ¿Llegará esa próxima interfaz?
El listón está muy alto, no basta con saltar alto para ganar. Sus autodefinidos rivales tienen productos muy sólidos a la última en tecnología. El P10 Plus es un buen teléfono hoy, pero casi obliga a mirar más allá y preguntarse de cara al próximo año, ¿cuántos de los frentes que tiene abiertos será capaz de cerrar?
8.7
A favor
- El mejor sensor de huellas más rápido es este
- La doble cámara te hará jugar
- Las sensaciones con la trasera son de nota
- Partimos de 64 GB de interna
- Espectacular en uso diario y multitarea
- El teléfono está hecho para durar
- La carga rápida fantástica, aunque la autonomía normalita
En contra
- Versión de 6GB no se aprovecha
- Pierde identidad propia
- Falta calidad en el sonido
- EMUI avanza, pero falta trabajo por hacer
- No hay dual SIM esta vez
- Los gestos en el sensor… ¿por qué no botones?
En este artículo ha colaborado Pedro Santamaría con la realización del vídeo.
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Huawei. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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